Iba a titular la entrada con una frase más estrafalaria del tipo «Fisiología ocular de la tauromaquia», pero no es necesario pasarse de pedantes. De lo que trata el tema es de si el peculiar comportamiento de los toros de lidia (lo de arremeter contra el capote) tiene que ver con el aparato visual del animal.
¿Los toros cargan contra el color rojo?
Es uno de esos mitos tan extendidos en la cultura popular. No. A los toros no les enfuerce ver el color rojo, no embisten contra algo que vean de ese color. Y a las vacas tampoco, no vamos a preocuparnos si vamos con el jersey rojo por el campo y nos encontramos con una vaca.
Una pregunta pertinente sería: ¿los toros ven el color rojo?. Pues es difícil de contestar. Ven un color, que no es exactamente el mismo rojo que vemos los humanos no daltónicos. Navegado un poco por internet, uno encuentra medias verdades sobre este mito. Cierto es que los toros no cargan contra un color concreto, pero también dicen en bastantes webs que tienen ceguera para el color, y que ven en blanco y negro. Eso es falso, los toros, como muchos otros animales, son dicrómicos. Es decir, tienen capacidad de descomponer el espectro luminoso en dos componentes esenciales, y según la cantidad de cada uno son capaces de diferenciar los diferentes colores. Hasta un límite. Otros animales (como los humanos) son tricrómicos (tres colores esenciales), por lo que tienen mejor capacidad de discriminación cromática. Ven más tonos de color; lo que para un dicrómico (como un toro) podría ser un mismo color, nosotros los diferenciamos como separados. Incluso colores tan diferentes como un rojo y un verde, un toro podría verlos igual. Pero eso no es lo mismo que ver en blanco y negro, o tener ceguera para los colores. Y antes de que nos sintamos muy contentos con nuestra «excelente» visión de los colores, no está de más puntualizar que hay animales tetracrómicos, que van más allá de nuestras limitaciones y ven colores más allá de lo que nosotros diferenciamos.
Entonces, ¿contra qué cargan?
Ya sabemos que daría igual que el torero llevara el capote verde. Pero ¿por qué el toro carga contra el capote?. También lo dicen en muchas webs por internet, así que supongo que no descubro nada nuevo: cargan contra el movimiento: embisten al capote porque se está moviendo. Vale, ¿y por qué?. Porque eso de que embisten a lo que se muevolo he leído y oído muchas veces, pero no responde a la pregunta.
La respuesta tiene que ver con el comportamiento instintivo del toro, en función de su raza (hay selección genética del toro de lidia) y de las condiciones previas (se fuerzan las condiciones para que el toro esté agresivo). Se sale de los objetivos de este blog describir el comportamiento animal, pero las peculiaridades del aparato visual del toro pueden explicar parte de su conducta.
Voy a poner un ejemplo paralelo, con el que vamos a ir haciendo comparaciones. Supongamos que estamos compartiendo espacio con un orangután. Que por los mismos motivos que el toro, puede estar condicionado previamente responder agresivamente. El orangután no se va a comportar igual que el toro. Si el gran primate decide atacarnos sin más, no tiene que esperar a que hagamos ningún movimiento: nos va a ver muy bien de lejos y nos atacará sin más. Su sistema visual es muy parecido al nuestro, identifica perfectamente nuestra forma humanoide (muy similar a la suya) a una gran distancia. El toro no: si nos movemos lentamente y con la suficiente lentitud, le costará bastante diferenciarnos del entorno. Y aunque perciba movimiento, nuevamente si estamos suficientemente lejos, puede ser incapaz de «diferenciarnos del entorno». Y no es por la visión deficiente del color (comparado con nosotros), ni porque la calidad visual que ofrece el ojo del toro sea muy pobre. La clave está en el cerebro. El de los primates superiores tiene un lóbulo occipital (la parte encargada de procesar la visión) muy desarrollado. En comparación, la mayoría de los mamíferos identifican mal los elementos de su entorno. Eso hace con los primates nos podamos fiar mucho de nuestra visión. Podemos decidir si algo o alguien es peligroso para nosotros según como interpretemos su imagen. Un orangután hostil pero que no nos ataque nada más vernos, nos vigilará. Si hacemos movimientos tranquilos y pausados, si demostramos una actitud no amenazante, posiblemente el primate no nos haga nada. Porque es capaz de interpretar un gesto hostil, un movimiento amenazador.
Un toro es incapaz de diferenciar tanta sutileza en un movimiento. Puede saber lo que es un movimiento pausado o brusco, poco más. Su cerebro no es tan complejo como para entender que sacudir un capote no es nada amenazador para él. Como muchos animales, no se queda a ver qué es exactamente lo que se está moviento. Calcula la brusquedad del movimiento, y la distancia a la que está. En general los animales son muy buenos calculando distancias, velocidades y tamaños. Casi cualquier animal sabe qué es lo que se le acerca o aleja, a qué distancia está y lo grande que es. Lo que ya suele fallar más es diferenciar exactamente la silueta, la forma. Por lo tanto, el toro hace un cálculo de lo cercano que es ese elemento. Si estamos suficientemente lejos del toro, no llamaremos su atención aunque hagamos movimientos bruscos. Y no porque no nos vea, la distancia es suficiente para que no le parezcamos una amenaza. Estando más cerca, el toro no se para a a diferenciar nuestra forma, o cómo es exactamente ese movimiento. Percibe un movimiento brusco, y toma una decisión. Para muchos animales, eso significa huir. Para aquellos dotados de elementos defensivos, puede suponer atacar.
¿Y por qué contra el capote?
Pero podemos hacernos más preguntas. El toro decide embestirnos. ¿Por qué contra el capote?. ¿No se da cuenta que lo estamos manejando nosotros, que es un objeto separado de nosotros?. Pues no, y nuevamente no se trata tanto de que el ojo le ofrezca una visión pobre, sino que su cerebro no codifica una información tan compleja. No puede separar conceptualmente el capote del torero, carga contra lo que se está moviendo bruscamente. Cuando el toro alcanza al torero, normalmente es porque el toro está lo suficientemente cerca (o el capote lo suficientemente lejos del torero) como para poder diferenciar por separado la figura del torero, y por algún motivo (normalmente porque se ha movido) lo identifica como elemento amenazador.
21 octubre, 2009
[…] La visión de los torosocularis.es/blog/?p=290 por CarlosJG hace pocos segundos […]
24 octubre, 2009
En el 2002, si no me equivoco, fueron desubiertos y descritos unos nuevos tipos de conos sensibles al ultravioleta en la capa de células ganglionares de la retina humana, ¿nos convertiría eso en organismos tetracrómicos?
(doy por supuesto que la respuesta es un no, lo que no llego a entender es el porqué… 😛 )
Un saludo!
25 octubre, 2009
Van por ahí los tiros.
Lo explico en este artículo. Efectivamente hay células sensibles a la luz en la capa de células ganglionares, pero no son conos. Además, la información visual de estas células no conforman la imagen, no ofrecen información cromática.
Un saludo.
26 octubre, 2009
nO sabes como me ayuda tu blog , es muy util, de verdad ¡¡¡¡ FELICITACIONES xq asi nos das una manera practica de saber mas de los ojitossss
28 octubre, 2009
Me alegro de que te interese, Cynthia.
Un saludo.
20 enero, 2010
podrías mostrarme la gama de colores que ven los cocodrilos comparandola con la nuestra y explicarnos más curiosidades sobre su visión.
Gracias.
24 enero, 2010
Me temo que no tengo muchos datos sobre los cocodrilos. Lo siento.
27 febrero, 2010
Saludos Sr Ocularis! 8)
Venga que seguro que si tienes información sobre cocodrilos! Yo ya te veia una vena veterinaria! hehehe
Dew
2 marzo, 2010
Vaya, Dr. Roca, un placer volver a leerle 😀
Pues sí, una vena veterinaria ya tenía, pero era sobre todo por las compañías que tenía en el colegio mayor 😛
4 marzo, 2010
Ep, capullo! Manten el anonimato que si no publico tu tlfn y direccion y t bombardean a msg!
Hehehe 8)
7 marzo, 2010
Vaya, se nos ha vuelto tímido 😛
6 agosto, 2011
He oído decir que el toro mira por sus astas, haciendo un triángulo imaginario: cada asta y el centro del capote. Esto asegura que embista al capote. Ahora bien, si el torero invade el territorio y coloca el capote más hacia afuera, pues el torero es cogido por el toro. ¿Es verdad esto?- Lo del movimiento es también cierto y se refleja cuando el arte de la lidia lo estropea el viento.
muchas gracias por este artículo. pedagógico e ilustrativo.
7 agosto, 2011
Evidentemente, el toro no mira por sus astas. Los ojos están muy cerca de los cuernos y el cálculo que el toro hace del movimiento de embestida es suficientemente exacto para que las astas vayan de forma muy precisa y directa a donde apuntan (en este caso, el capote).
28 mayo, 2015
Excelente explicación. Parece mentira que a día de hoy siga habiendo tanta confusión al respecto. ¿Por qué no lo dicen claro dentro de la tauromaquia y evitan que se desarrollen tantas teorías sobre el color. La verdad es que he oído de todo, solo hay que buscar en internet para encontrar 3 o 4 teorías distintas.
10 febrero, 2016
Hola,
Muy interesante el artículo sobre la visión de los toros, ya que es verdad que hay muchos mitos circulando sobre su visión y sobre su atracción por el color rojo.
Un saludo. Antonio.
21 febrero, 2016
Es que si esto fuera demasiado publico en el mundo taurino, perderia mucho. Demuestra ello, teniendo en cuenta el entrenamiento, que un torero corneado ha sido por torpeza o despiste y no un acierto del toro?
30 abril, 2017
Hola me pareció muy interesante su información y me gustaría saber sobre la visión de los gatos en comparación a la nuestra. Saludos y una felicitación.