La emetropización

En esta ocasión comenzamos con una palabra técnica. «Emetropización» es el proceso por el que ojo se vuelve emétrope. Como dijimos en este artículo antiguo, en el que explicábamos los defectos de graduación, la emetropía es la condición del ojo «normal», el que no necesita gafas. Cuando el ojo no es capaz de enfocar bien la imagen hablamos de ametropía, y entonces tenemos los defectos de graduación (miopía, hipermetropía, astigmatismo y vista cansada). El paciente amétrope precisa algún tipo de corrección: gafas, lentillas o cirugía refractiva. Lo contrario de ametropía es emetropía, un ojo que enfoca correctamente la imagen. Eso significa que el sistema óptico del ojo emétrope tiene un sistema de lentes sin irregularidades (es capaz de concentrar los rayos en un solo punto, por lo que no hay astigmatismo), y además proporcionado al tamaño del ojo (ese punto del que hablábamos no está delante de la retina como en la miopía, o detrás de la retina como en la hipermetropía, sino justo en la retina). Ahora bien, ¿cómo es posible que el ojo pueda ser un sistema óptico tan perfecto?.

La ausencia de astigmatismo se puede explicar correctamente con un crecimiento armónico y regular de las lentes. Un cristalino centrado y una córnea homogéneamente curva serían los elementos clave. Es más difícil de entender cómo se las arregla el ojo para no acabar siendo miope o hipermétrope. Y a eso es a lo que vamos a dedicar el artículo.

Ojo inmaduro, ojo corto

Los ojos emétropes tienen en común que sus córneas son regulares (misma curvatura en todos los meridianos). Sin embargo, la curvatura de la córnea cambia en cada persona. Y la longitud de ojo también. Cada ojo encuentra su proporción entre curvatura de córnea, potencia de cristalino y longitud del globo ocular. Estos tres parámetros se combinan de manera diferente para cada ojo, pero el resultado en un ojo emétrope es asombrosamente armónico, de forma que el enfoque de la imagen es casi perfecto.

¿Y cómo puede ser así?. ¿Cómo se desarrollan los tejidos oculares en el feto para que al nacer el ojo tenga esas proporciones anatómicas y ópticas tan exactas?. La respuesta es que no es así, el ojo del recién nacido no enfoca bien. No hay emetropía al nacimiento, como sistema óptico es bastante imperfecto. Conforme crecemos vamos perfeccionando el sistema óptico, en un proceso llamado emetropización.
¿Cuál es el defecto de graduación con el que nacemos?. La hipermetropía. Un ojo sano y normal tiene que nacer hipermétrope.

Se trata de un globo ocular corto, con lo córnea bastante plana. Las lentes oculares son poco potentes en relación a una longitud anteroposterior pequeña. Con el paso de los años, la córnea gana curvatura, y el ojo va creciendo en el sentido anteroposterior.
Este proceso es lento y está controlado. Sabemos que en la regulación importa la percepción visual. El hecho de «ver» va guiando la emetropización. Si por cualquier causa un ojo no puede ver durante la infancia (por una caída de párpado, una catarata congénita, etc), además de que desarrolle un ojo vago, es muy posible que ese ojo quede con un importante defecto de graduación (por ejemplo, una miopía grande).

La hipermetropía es un defecto bastante bien tolerado por el niño. Decíamos que una hipermetropía leve o moderada puede ser compensada por el propio ojo, gracias a la acomodación (el sistema de enfoque natural). En el caso del niño pequeño, su acomodación es mucho mejor que la del adulto, así que tolera hipermetropías mucho mayores. Anatómicamente hablamos de ojos todavía imperfectos, pero su gran capacidad funcional lo subsana, y la limitación en la visión se debe a una inmadurez neurológica, porque su sistema óptico «cumple» bastante bien.

De esta forma, el ojo al nacer debe ser hipermétrope, y conforme va creciendo se va reduciendo la hipermetropía hasta que se queda sin dioptrías. Si la hipermetropía al nacer es excesiva o el ojo no «crece» lo suficiente, queda hipermétrope en el adulto. Entiéndase lo de crecer en el sentido anteroposterior, la hipermetropía es un ojo «corto» de adelante a atrás, con una córnea más plana: no es un ojo pequeño en el sentido global (cuyo nombre técnico sería microftalmia). Por otra parte, si el ojo «crece demasiado» (córnea demasiado curva o crecimiento anteroposterior excesivo) nos pasamos al otro lado, pasamos de la hipermetropía a la miopía.

En este contexto podemos entender mejor la progresión de los diferentes defectos de refracción:
– Es raro que la miopía sea de nacimiento. Aparece con el crecimiento, y va a más con los «estirones» (pubertad). La miopía va a más, nunca a menos (es como un crecimiento excesivo, no se puede «descrecer»).
– La hipermetropía la tenemos al nacimiento, nunca va a más (otra cosa es que no de síntomas hasta más tarde). Habitualmente la hipermetropía se reduce algo (o totalmente) con el crecimiento corporal.
– El astigmatismo no se ve afectado por el proceso de emetropización. Es una irregularidad que tenemos desde el nacimiento o muy al comienzo de la infancia. Apenas se modifica cuando crecemos.

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10 Comments

  1. felix
    27 febrero, 2009

    Hola, rellené hace ya algún tiempo el registro para poder entrar al foro (como estudiante de óptica) pero no me llegó nada y en fin.. pues me gustaría entrar, ver el foro y comentar un poco sobre algunas cosillas de las que hableis. Un saludo y gracias.

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  2. EC-JPR
    1 marzo, 2009

    Interesante, Doc. Por cierto, te vi el otro día en Diario Médico: habrá que leer el coloquio con los lectores 🙂

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  3. Ocularis
    3 marzo, 2009

    Félix: Como explico en las instrucciones, es necesario contactar por correo electrónico antes de formalizar el alta.

    EC-JPR: Sí, tengo el coloquio pasado mañana. A ver qué tal 🙂

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  4. Nagore
    5 febrero, 2010

    Creo que se me ha ido el comentario que estaba escribiendo, asique me toca rehacer y resumir.
    Decía que me parce uno de lo artículos más intrigantes, y que tu pregunta introductoria, muy interesante, deja más intriga que explica el cómo de la cuestión. Queda claro, no obstante, que la emetropización es mucho más que simple crecimiento ocular, sea a lo largo o a lo ancho, y que conduce a un resultado armónico entre todas las partes, la visión acaba en el cerebro, director de orquesta por excelencia. Ahora bien, tiene algo que ver el cerebro con, por ejemplo los grados de curvatura de la córnea, o con los mm del eje antero-posterior del ojo?Cómo se regula y controla ese crecimiento, partiendo de una mala visión? Espero que me desveles algún misterio por lo menos.
    Un saludo

    Responder
    1. Ocularis
      12 febrero, 2010

      De eso no se sabe mucho todavía. Cuando lo comprendamos, posiblemente entenderemos mejor las causas de la miopía y la hipermetropía (que no dejan de ser fallos en la emetropización), y posiblemente podremos tratarlas eficazmente.
      Se sabe que el cerebro interviene activamente, ya que el estímulo que mueve la emetropización es la imagen borrosa que recibe el cerebro. Y se saben algunos mediadores químicos finales que intervienen en el crecimiento del globo ocular (tanto en el aumento del diámetro anteroposterior como la curvatura corneal). Pero faltan todos los pasos intermedios.
      Un saludo.

      Responder
  5. Nagore
    19 febrero, 2010

    Buenas,
    Veo que la emetropización no sólo encierra secretos para los profanos, a quienes por supuesto nos puede parecer muy difícil entender, no sólo el desarrollo del ojo, sino de cualquier órgano. Pero aún no siendo entendido es posible atisbar, gracias a tu artículo por ejemplo, algunas particularidades del desarrollo ocular. Parece que en el crecimiento del ojo no está todo tan «dicho de antemano», escrito en los genes, como pueda ser en el caso de una mano, que aunque se inmovilizara desde el nacimiento va a seguir creciendo, y supongo que va a tener una forma normal. Anatomicamente podría ser una mano nornal, no? Otra cosa es funcionalmente. Pero un ojo si no ve no puede ser ni siquiera normal anatomicamente
    Abro un paréntesis, has hablado de la ceguera pero no sé si hay algo en el blog de ceguera congénita, o que se desarrollen en los primeros años de la vida. En estos casos, evidentemente el ojo no debe desarrollarse muy bien que digamos. Tiendo a pensar, sin mucha fundamentación, que si al cerebro no le llega ninguna información visual, puede dar lugar a un ojo adulto más corto de lo normal, osea hipermétrope, pero no estoy nada segura. Además me imagino que las personas ciegas de nacimiento no deben acudir mucho a un oftálmologo, para qué iban a necesitarlo?

    Si en emetropización hay muchos pasos desconocidos, por lo menos se puede hablar con seguridad en cuanto tiempo se pueden dar satisfactoriamente esos pasos? ¿Se puede decir que si a tal edad una persona no es emétrope, ya no lo va a ser nunca?
    Imagino que se puede empezaf bien y acabar mal, pero no debe ser tan fácil empezar mal y acabar bien.
    Un saludo.

    Responder
    1. Ocularis
      20 febrero, 2010

      El ejemplo de la mano se sale un poco de la temática del blog, pero no puedo resistir comentarlo. El crecimiento de los huesos sí es dependiente del estímulo ambiental. Por ejemplo, una actividad física excesiva durante la infancia puede dar lugar a una talla corta. El hueso se está remodelando continuamente en base a estímulos externos, no sólo durante el desarrollo, sino en el adulto. Una cojera o una mala postura cambian las líneas de fuerza de los huesos, algo visible en una radiografía.
      Un ojo ciego en la infancia efectivamente tiende a mostrar un fracaso serio de la emetropización. Habitualmente son ojos miopes, más que hipermétropes. Porque los cambios químicos que producen el crecimiento del ojo están ahí, pero no están controlados por la percepción visual, y este «descontrol» hace que el crecimiento del ojo sea exagerado.
      Y efectivamente, unos defectos de graduación importantes en la infancia nos permiten estimar los defectos refractivos del adulto. El niño pequeño debe tener una hipermetropía relativamente baja y simétrica, y si hay astigmatismo debe ser leve. Todo lo que se salga de ahí suele dar lugar a una emetropización imperfecta.
      Saludos.

      Responder
  6. Nagore
    20 febrero, 2010

    Hay un par de cosas que no me quedan claras y creo que podrías concretarlas un poco más. La primera es la edad aproximada en la que un ojo llega a ser emétrope (no hace falta que sea año, mes y dia). Quizás ya lo has dicho alguna vez, no lo sé, y no sé si se relaciona más o menos con los intervalos de edad que has comentado para tratar el ojo vago.
    Por otra parte, en el proceso normal de emetropización, digamos que siempre se va a mejor en el enfoque de la imagen , no? Pero no me queda claro si se puede decir que la emetropización y el desarrollo glogal del ojo, su crecimiento acaba cuando se consigue ese mejor enfoque, y cuándo. De forma paralela, además de los aspectos ópticos, estará la capacidad de la retina y el cerebro para procesar lo que les toca, y eso creo que también lleva su tiempo, quizás menos en el caso de la retina que en el del cerebro.
    Finalmente, en los ejemplos que has dado en el artículo, un párpado caido, o una catarata congética, que afectan a la emetropización, causando defectos de graduación que no son en sí mismos congénitos o hereditarios, si son tratados temprano se puede reencaminar la emetropización, o dejará más o menos secuelas dependiendo de la edad que se trate?
    Saludos

    Responder
    1. Ocularis
      24 febrero, 2010

      La emetropización finaliza (teóricamente y en individuos que acabarán emétropes) cuando el enfoque en la retina es nítido para objetos lejanos y sin necesidad de acomodación. El ojo sigue creciendo después de la emetropización, aumentan las dimensiones del ojo aunque las proporciones se mantienen en e emétrope. No puedo dar una fecha concreta, varía de forma individual, según la raza y según el método de exploración del oftalmólogo. Yo tengo mis pautas según mi forma de trabajar y mi población habitual.
      La emetropización va pareja y relacionada con el desarrollo neurosensorial de retina y cerebro, pero no es lo mismo. Un problema de deprivación visual trae consecuencias en el desarrollo visual (ojo vago) y emetropización (defectos de graduación, que pueden ser más o menos reversibles según la causa, el momento de aparición, eficacia del tratamiento y momento de tratar.

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  7. […] La emetropización: Aquí explico más en profundidad que es eso de que se coordine la potencia de las lentes del ojo y su distancia a la retina. […]

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