¿Debemos protegernos del sol?

Hoy no toca un artículo monográfico sobre una enfermedad del ojo. Vamos a hablar de cómo de nocivo es el sol para los ojos, de si debemos protegernos de éste, si las gafas de sol son necesarias para mantener la salud de nuestros ojos. Tocaremos de pasada algunas enfermedades del ojo más o menos asociadas a la exposición solar, pero sobre todo haremos incidencia en el sentido común y el espíritu crítico a la hora de tomar una serie de precauciones. Este sentido común, en el ámbito de la salud, se traduce en tener muy claro qué es lo que está demostrado de verdad, y qué es lo que no.

Filtremos la información

¿Este blog no va sobre ojos?. ¿Por qué vamos a hablar de información?. Antes de empezar a describir cómo afecta la radiación solar a nuestro querido órgano de la visión, quiero poner en antecedentes a mis queridos lectores. El objetivo de esta entrada es estimular un poco el espíritu crítico del que hablaba antes, para que pensemos por nosotros mismos y decidamos con total libertad sobre aquellas medidas que «supuestamente» pueden ayudar a nuestra salud. Para eso tenemos que estar bien informados. Y en la actualidad, ahora que la difusión de información es mayor que en ningún momento de la historia, vivimos una época de desinformación asombrosa. Y es que el problema no es la falta de información como tal. Al fin y al cabo, si uno se siente desinformado, puede intentar informarse, preguntar al que sabe. El problema es creer que uno está bien informado. Entonces uno no va a buscar información, muchas veces ni siquiera contrasta la que ya posee.
Cuando recibimos información de cualquier tipo, antes de concederles nuestra credibilidad, deberíamos hacernos dos preguntas:

    • ¿Quién nos está informando?.
    • ¿Por qué?

 

¿Quién?

Lo ideal es que sepamos la procedencia «material» de la información, en base a qué acontecimiento el informador emite sus conclusiones. En el caso de una opinión, no tiene mucho sentido hablar de esa procedencia material, pero para datos objetivos sí. Se puede tratar de una observación directa, de una estadística, un experimento, una encuesta, un ensayo clínico, etc. No sólo quedarnos con el titular de la noticia, sino enterarnos un poco cuál es el hecho que lleva a la conclusión. Aunque no seamos expertos del tema, nos da una idea cómo de sólida es la conclusión. No es lo mismo una encuesta a 15 personas que un ensayo clínico serio sobre cientos de personas publicado en revistas científicas prestigiosas, por ejemplo.
Además, en la práctica ayuda saber la procedencia «personal» de la información. Para aquellas noticias del ámbito científico, está bien que el origen de la información sea un entendido del tema. Y aunque sobre el papel es de perogrullo, en la práctica el engaño viene muchas veces por aquí. Es frecuente que nos vendan una imagen de seriedad, de profesionalidad, y muchas veces de «ciencia». El lenguaje puede estar muy cuidado, da el pego.
En vez de recibir la información de forma pasiva y dejarnos impresionar por el buen trabajo de marketing que hay detrás, necesitamos tomar una actitud más activa. Si la información va de tal campo en concreto, tenemos que pensar que tiene que haber especialistas de ese campo avalando los datos. La ciencia funciona con nombres y apellidos, no sirven las afirmaciones ambiguas del tipo «clínicamente probado» o «testado por dermatólogos».
Además, deberíamos hacernos una idea de la cadena de comunicación: por cuántas personas han ido pasando los datos. En una noticia que recibimos a través de los medios de comunicación convencionales, lo que nosotros entendemos de lo que dice el periodista no siempre es lo mismo que lo que éste quería comunicarnos; y a su vez no siempre es igual que lo que él entendió cuando recibió la noticia. Y por supuesto, lo que el periodista entienda del comunicado o entrevista, puede distar mucho de lo que realmente el experto quiso decir. Ahí depende mucho, no sólo de la capacidad de comunicación del experto, sino de los conocimientos del periodista.

¿Por qué?

Además de hacer una reflexión sobre la procedencia de la información, tenemos que pensar un poco por qué alguien nos hace el «favor» de tenernos informado. En el caso de las noticias convencionales, el periodista se dedica a eso, y en el ámbito de la salud podemos muchas veces suponer su neutralidad. Es decir, el periodista lo hace lo mejor que puede, y si hay un error no será intencionado.
El tema cambia mucho si es un mensaje publicitario. La misión de la empresa que hace el anuncio no es informarnos, es vender sus productos. Muchas veces nos quieren hacer ver que se basan en información «objetiva y científicamente demostrada», para convencernos de las bondades de su producto. Nosotros podemos pensar que, actuando con pensamiento crítico y de forma independiente, retenemos la información objetiva (lo que es bueno para la salud), y luego decidimos si nos quedamos con su producto o con otro de la competencia que tiene cualidades similares.
Ése es el fallo. Han creado una necesidad, convenciéndonos de que ese producto es conveniente para nuestra salud. Si consiguen resaltar una cualidad del producto como «sana», están marcando la diferencia, creándonos otra motivación para comprar.

Unos pocos ejemplos

Vamos a hacer una aproximación «desde fuera», sin entrar en cómo nos manipulan exactamente. Simplemente unas pistas de cuándo algo debemos ser suspicaces.

  • Hace poco estuvimos hablando del Eye Training, ese juego para Nintendo DS que «ayudaba» a nuestros ojos. Ya partimos de que la que nos informa es la propia empresa. Que diga que su producto es maravilloso no nos sirve de mucho, ¿no?. Analizando la noticia, vemos que, ¡oh!, no hay ningún oftalmólogo que alabe el producto y diga sus bondades. Rebuscando un poco, resulta que los ejercicios se basan en los que utiliza un experto japonés. ¿Un médico, quizás un oftalmólogo que realiza rehabilitación visual, prevención de enfermedades?. No, una persona que realiza entrenamientos para ciertos deportes. En el mejor de los casos, los ejercicios de la consola pueden servir para mejorar en ciertos deportes que utilicen mecanismos visuales similares. Sin embargo, ya nos han «vendido salud».
  • Yogures con bífidus, vitaminas, leches enriquecidas que nos protegen contra el colesterol, etc. ¿Por qué en todos esos productos no hay ninguna sociedad médica que los avale o aconseje?. Los médicos no tenemos ninguna prohibición sobre aconsejar productos que son beneficiosos. Lo mismo que se recomiendan algunos tipos de alimentos, si hubiera algunos productos que supusieran una mejora, los recomendaríamos. Y si así fuera, evidentemente la empresa se encargaría de publicitarlo a los cuatro vientos. Sin embargo, aun sin el apoyo de los que en principio deberían aconsejar sobre salud, los anuncios convencen a una buena parte de la población de lo «sanos» que son.

 

Entremos en el tema

Después de esta larga introducción (un poco al hilo de este artículo antiguo), veamos qué pasa cuando sometemos un ojo a la luz solar.

De forma didáctica, voy a separar lo que supone una exposición aguda e intensa, a la exposición crónica. En el primer caso, hablamos de circunstancias concretas y tiempos cortos, mientras que en el segundo nos referimos a la «dosis de sol» que vamos acumulando a lo largo de los años.

Exposición aguda

Ésta es la parte fácil. Sometemos a nuestros sufridos ojos a una radiación solar excesiva si cometemos la imprudencia de ver un eclipse de sol inadecuadamente protegidos, o de forma más habitual con la nieve, o en alta montaña. A veces, en días soleados de verano, una exposición inadecuada (como dormirnos con los ojos entreabiertos) también podría suponernos algún disgusto, aunque no es lo habitual.
Existen lesiones agudas en la retina o en la córnea que se producen directamente por el exceso de radiación solar. A veces la lesión comienza a dar síntomas horas después de la exposición. Pero la relación causa-efecto está plenamente demostrada, y una protección adecuada mediante gafas de sol (preferiblemente diseñadas para cada actividad) previene las lesiones.

Exposición crónica

Aquí está el problema. Al fin y al cabo, vender gafas para esquiar o para la montaña no supone un segmento de población muy amplio. Ahora, las gafas de sol no sólo se utilizan por la comodidad de evitar tanta luz en ambientes muy iluminados, sino que es un complemento de diseño. Forma parte de la moda, del estilo de vestir. Y la mayor parte del precio que está dispuesto a pagar un cliente se debe a su diseño, más que al uso práctico.

Pero esto es un negocio, y hay que buscar más estrategias para vender gafas. Así que vamos a intentar lo que funciona tan bien en el sector alimentario y ahora comienza en el sector de entretenimiento: vendamos salud. ¿Cómo?. Muy sencillo:

  • El sol es malo para la vista.
  • Proteja sus ojos. No porque la luz le moleste y esté más cómodo, no porque se vea más guapo. Debe hacerlo para prevenir enfermedades de los ojos.

Hace no mucho tiempo, podíamos ver en la televisión anuncios de las gafas que se oscurecen con el sol y se aclaran cuando baja la iluminación. Un gran invento, y práctico. No es perfecto porque muchos sujetos se quejan de que ni se oscurece como una gafa de sol de verdad, ni se aclara del todo con luz artificial, pero a muchas personas les resulta más cómodas estas gafas que tener dos pares: unas tintadas y otras sin filtro. Sin embargo, tenían que hacer una campaña publicitaria agresiva (al fin y al cabo, son cristales bastante más caros). Lo vendieron como las lentes del futuro, las que nos van a proteger en todo momento del «exceso de sol», y nos va a prevenir enfermedades.

Sin saber mucho de salud ocular, con un poco de espíritu crítico ya nos ponemos en guardia. Los anuncios tratan de vender, no informar «objetivamente». ¿Sale algún oftalmólogo recomendando que nos protejamos contra el sol?. En personas de más riesgo, y supuestamente más sensibles al sol (pacientes con degeneración macular, o con riesgo de padecerla), ¿se les aconseja encarecidamente ir con gafas de sol?. Evidentemente, no.

Las verdades a medias

Hace casi dos años estuve hablando de lo mismo, de cómo partiendo de datos reales, se nos puede hacer llegar a unas conclusiones erróneas. La ciencia, a la hora de investigar tiene cierto grado de especulación a la hora de hacer hipótesis. Hay que proponer una teoría general en base a los datos experimentales. Esa teoría puede ser considerada válida durante un tiempo, y más tarde tener que modificarse, ampliarse o cambiarse de acuerdo a nuevos datos experimentales. Pero ahora no es trata de utilizar al público general para investigar la salud. Se trata de aplicar lo que sabemos seguro. Lo que esté demostrado, el conocimiento que podemos aplicar sin ninguna duda. Sobre estos hechos, la ciencia no se puede equivocar si somos lo suficientemente prudentes. Podemos descubrir más cosas, ampliar la información, pero no se pueden negar los datos experimentales.
Y de eso se trata a la hora de dar pautas de salud. No hay que especular, no hay que hacer apenas conclusiones lógicas. Hay que demostrar directamente.

Voy a poner el mismo ejemplo que puse en su día:

  • El aumento de colesterol en sangre está relacionado con enfermedades como la arteriosclerosis, infarto de miocardio, etc. Eso es cierto y está demostrado.
  • Una disminución del colesterol implica una reducción del riesgo para la salud. También está demostrado.
  • El colesterol se absorbe por el tubo digestivo. Demostrado
  • El huevo tiene mucho colesterol en su composición. Demostrado.
  • Por tanto, comiendo menos huevos controlaremos el colesterol en sangre y reduciremos el riesgo. Falso. Hasta hace poco, simplemente no estaba demostrado, y algunos (bastantes, de hecho) dietistas aconsejaban reducir el consumo de colesterol, simplemente porque «es lógico». Pero ahora ya se ha demostrado que no, que la ingesta de huevos es independiente al colesterol. Comer muchas grasas saturadas sí sube el colesterol y está demostrado, por ejemplo.

Si todos los que trabajamos en salud fuéramos fieles a la Medicina basada en la evidencia, no pasarían estas modas, de que «ahora el aceite de oliva es muy bueno y antes era malísimo», «resulta que ahora puedo comer huevos y antes me los prohibían», etc. No debemos sacar conclusiones, las conclusiones deben salir de los estudios científicos. Y no las conclusiones «in vitro», o con pequeñas series de pacientes. Eso está muy bien para investigar y que avance la ciencia, pero no se considera información totalmente fiable.

Daño crónico por el sol

Se ha querido relacionar la exposición solar con:

De hecho, en particular sobre la degeneración macular, hay estudios «in vitro» que demuestran que la radiación solar (en especial la más energética) tiene un papel activo en la aparición de esta terrible enfermedad. Ahora bien, en cuanto a los estudios experimentales que pretenden demostrar que la población más expuesta al sol enferma más……. no está nada claro. Estudios a favor, estudios en contra. La variable genética, que sí está demostrada, hace de sesgo al estudiar poblaciones, es difícil llegar a conclusiones válidas. Pero aun suponiendo que sea verdad, eso no significa que la protección que suponga llevar gafas de sol va a reducir en la práctica la incidencia de degeneración macular. Parece lógico, sí, pero también era lógico que comer huevos sube el colesterol en sangre, y no es así. Nos queda mucho por descubrir de la degeneración macular senil, podría ser que la exposición solar sólo fuera determinante en momentos concretos de la vida (en la infancia, o en la vejez tras la cirugía de cataratas). O puede que no sea especialmente determinante la variación de «dosis solar» que supone llevar gafas de sol de vez en cuando durante unas épocas de la vida.

En cuanto al desarrollo de las cataratas, pasa lo mismo. Se ha teorizado sobre cómo los rayos ultravioleta van degenerando el cristalino, de hecho hay modelos experimentales. Sin embargo, el estudio poblacional fracasa. Y eso que tenemos mucha más base, ya que toda la población desarrolla cataratas a partir de cierta edad. Y con el pterigium ocurre igual, no está demostrado que llevar gafas de sol lo prevenga [Actualización del 24/8/2018: sí está demostrado que el uso de gafas de sol previene el pterigium. No ocurre así con las otras enfermedades mencionadas. Ver el artículo de actualización]

Conclusión

  • Utilice gafas de sol cuando le moleste el sol. En circunstancias normales, un exceso de iluminación lo detectamos conscientemente, entrecerramos los párpados, y se nos pueden llegar a irritar los ojos. Como lo notamos, le ponemos solución.
  • En circunstancias especiales (nieve, alta montaña, días muy soleados y exposición larga), es buena idea protegerse,
    aunque uno no tenga síntomas.
  • Y de forma habitual, no se está previniendo enfermedades si lleva gafas de sol [Actualización del 24/8/2018: excepto quizás el pterigium, si se trata de una persona predispuesta]
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45 Comments

  1. […] articulo continua en Ocularis traido usted por Estudiame y Dieta […]

    Responder
  2. NaaN
    19 enero, 2008

    No hace mucho, en el programa de Canal 33 QuèQuiCom? (de divulgación) dieron un reportaje sobre el sol y cómo protegernos de él (piel y ojos). Puedes ver una sinopsis aquí.

    Entre otras cosas, explicaron con una simulación que es mejor no llevar gafas de sol y que el iris se haga estrecho a llevar unas gafas de sol malas, que sólo protejan de la luz visible, y que la pupila se dilate y deje pasar toda la luz ultravioleta.

    Me pareció muy interesante, no sé si estará para verlo el capítulo colgado entero, creo que no.

    Responder
  3. Carmelo
    19 enero, 2008

    Muy interesante este artículo. Todo lo que mueve mucho dinero hay que verlo con precaución.

    ¿Hay algún tipo de enfermedad de los ojos clasica de las personas que viven en el desierto? Estaba pensando en el tracoma, pero igual es por falta de medios de higiene y no del exceso de sol.

    ¿Puedo sugerir un tema? La calidad de los cristales. Tanto los correctores como los de sol.
    Por ejemplo, ¿pueden proteger contra los rayos UVA y UVB sin estar tintados?, ¿polarizados o no polarizados?

    Responder
    1. ANDRES BARREDA
      17 mayo, 2011

      Aqui me permito el lujo de contestarte yo.
      Espero ser lo suficientemente objetivo.
      ¿pueden proteger contra los rayos UVA y UVB sin estar tintados?
      cuando nos referimos a «tintados» entiendo que tengan un determinado tono de color visible al ojo humano es decir que este dentro del espectro de luz que nosotros podemos ver, la luz uv, correponde a una longitud de onda invisible para el ser humano, del mismo modo que algunos sonidos que nosotros no oimos pero los perros si.
      si nosotros no podemos ver la luz uv, tampoco podemos ver el color del filtro que los bloquea, por esto si, efectivamente una lente transparente puede filtrar la luz uv, de hecho el parabris de los coches tambien, puedes hacer un experimento muy sencillo, las lentes fotocromaticas se activan con luz uv, prueba dentro del coche y veras como no se ponen oscuras, ni aun exponiendolas a la luz que entra por el parabris.
      ¿polarizados o no polarizados?
      la lente polarizada bloquea la luz «rebotada» por debajo de un determinado angulo de unos 55º(segun el tipo de superficie donde rebota la luz) llamado angulo de Brewster, al filtrar esta luz evitamos algunos reflejos procedentes del plano horizontal que pueden resultar molestos principalmente en actividades nauticas y en la nieve, para conducir elimina los falsos charcos tipicos de la carretera pero por cotrapartida puede poner de manifiesto unas franjas de colorines en el parabris del coche producto de los colores de interferencia de las tensiones del parabris.
      el polarizado estremendamente util en actividades nauticas, nos evita los molestos reflejos de luz sobre el agua y nos permite ver mejor el fondo y el corchito de la caña de pescar.
      gracias por tus articulos ocularis, son bestiales, no pares

      Responder
      1. Ocularis
        23 mayo, 2011

        Gracias por tu aporte, Andrés. Este tipo de colaboraciones son siempre bienvenidas.
        Quiero también elogiar tu esfuerzo por la objetividad, en especial con el tema de las gafas polarizadas y su utilización para conducir, explicando no sólo las ventajas sino también los inconvenientes.

        Responder
  4. Ocularis
    20 enero, 2008

    Naan: A ese tipo de manipulación de información me refiero. Existen gafas de sol de todos los precios, y lógicamente los vendedores van a intentar convencernos de que las caras son mejores que las baratas. Y para situaciones concretas (mucha exposición solar, nieve, alta montaña) es así. Pero en circunstancias habituales, no está tan claro. Ya en el reportaje que me enlazas dicen dan a entender que usar gafas de sol puede prevenir la aparición de cataratas, cosa que es totalmente falsa. Después, explican que al entrar menos luz en el ojo, la pupila está algo más dilatada. Y si las gafas de sol «malas» no bloquean la radiación dañina (que todavía no está claro cuál es esa radiación), pues entrará más de esa radiación mala a través de una pupila dilatada. Es un razonamiento que suena bien, sí, ….. pero no está demostrado, así que eso es pura especulación de una persona que no es especialista del tema que habla (hay que recordar que las cataratas o la retina son campo del oftalmólogo, no del óptico). Es más: la dilatación que se produce al ponerse gafas de sol es menor que la propia variabilidad de la población. Quiero decir que el tamaño de la pupila cambia según las personas y a lo largo de los años. Y que una persona con gafas de sol puede tener las pupilas más pequeñas que otra persona sin gafas de sol. Y no se ha demostrado que haya relación entre el tamaño de la pupila y la aparición de enfermedades «asociadas» a la luz solar. Y se han hecho bastantes estudios al respecto, así que si hubiera una asociación importante, ya la habríamos encontrado.
    Así es es una forma de manipular la información y convencernos de que nos compremos gafas de sol caras.

    Carmelo: El tracoma es una enfermedad infecciosa (producida por unas bacterias llamadas clamidias). Está relacionado con las zonas geográficas donde se localizan estas bacterias y los vectores de transmisión (moscas). Y por supuesto, con la falta de higiene. En cuanto a enfermedades que se producen en el desierto, son típicas las conjuntivitis irritativas por el aire, sol y la arena; y el ojo seco. Posiblemente también hay más prevalencia de pterigium, pero como siempre es difícil separar el factor genético (racial) del ambiental.Tampoco he viajado a esas latitudes para conocer en persona la prevalencia de más enfermedades.

    En cuanto a la composición de los cristales, la verdad es que tampoco me quiero meter mucho en el tema. En general porque se trata de entrar puramente en el ámbito del óptico-optometrista. Esos temas tampoco me llaman mucho la atención, y además porque no quiero entrometerme en algo tan particular. De la misma forma que exijo prudencia por parte de los optometristas cuando hablan de enfermedades oftalmológicas (la aparición de cataratas o problemas de retina es ámbito del médico, y los consejos que pueda dar el óptico para prevenirlos, sobre todo afirmando cosas no demostradas para vender gafas de sol, me parece desacertado), yo tampoco quiero meterme mucho en detalles que son más de optometría que de oftalmología.

    Es cierto que unas gafas de sol que nos deban proteger con eficacia (y hablo de situaciones concretas de gran exposición, no al día a día) necesitan bloquear la radiación más energética; no sólo los rayos ultravioleta sino el espectro de los azules. Está demostrado el daño agudo en córnea y retina por una sobreexposición aguda. Los cristales polarizados, además nos protegen de los reflejos sobre superficies más o menos lisas. Estas superficies que hacen de espejo polarizan la luz reflejada, y unos cristales polarizados pueden quitarnos el reflejo. No es que nos vayan a proteger más o menos de enfermedades, pero es bastante más cómodo ver sin reflejos. Tiene sentido a la hora de conducir, o de otras actividades donde vayamos a exponernos a reflejos. Para ir por la calle, no nos supone mayor problema tener gafas sin polarizar, depende de nuestra comodidad.

    Responder
  5. eli
    28 marzo, 2008

    HOLA OCULARIS, TUS TRABAJOS ME PARECEN SENSACIONALES, CADA VEZ QUE LOS LEO ME DAN MUCHAS GANAS DE ESTUDIAR OFTALMOLOGÍA ME PARECEN MUY INTERESANTES Y AUNQUE ALGUNOS SON MUY LARGOS, NO ME CANSÓ. ESPERO QUE PERDURE TU PÁGINA FELICIDADES!!!!

    Responder
  6. Ocularis
    29 marzo, 2008

    Gracias por tu valoración, Eli.
    Saludos.

    Responder
  7. luigi
    2 mayo, 2008

    Hola, Ocularis! A tenor de los terribles acontecimientos desvelados estos días en Austria, hablo de esas personas soterradas en vida y privadas desde siempre de luz solar, te quería preguntar algo que es lo contrario al título de este artículo; esto es, ¿en qué medida interviene la luz solar en el desarrollo de la vista y cuales son las consecuencias de su privación perpetua? Gracias.

    Responder
  8. Ocularis
    4 mayo, 2008

    Para el desarrollo correcto del sistema visual necesitamos luz, luz abundante durante bastantes horas al día. En principio, no es requisito obligatorio que se trate de luz solar para el funcionamiento de las vías visuales. Por otra parte, los ciclos de luz-oscuridad son claves para la formación de los ritmos circadianos, que son ciclos neurológicos y hormonales que regulan nuestro funcionamiento en función del día y la noche. De lo que se sabe hasta ahora, una pérdida o un mal desarrollo de esos ritmos se puede deber al uso de luz artificial, aunque sobre todo es porque se rompe el horario, no porque no haya luz solar. No queda claro si vivir de forma indefinida con luz artificial pero con un aporte rítmico similar al ciclo día-noche permite mantener ritmos circadianos estables. Parece ser que sí, pero queda mucho por aprender.

    Responder
  9. Jon Martinez
    5 mayo, 2008

    Le quería preguntar sobre los efectos visuales que pueden haber provocado en los 3 niños de Austria (en el Mostruo de Austria) no haber visto luz solar duantes toda su vida. Existen algunas enfermedades visuales características en personas privadas de luz natural. Tambien había pensado que quizás se produzca unos ojos vagos al no haber enfocado de lejos dadas las minúsculas domensiones del zulo donde vivían. Gracias por su pagina.

    Responder
  10. Ocularis
    5 mayo, 2008

    ¿Me podrías poner algún ejemplo de enfermedades de personas privadas de luz natural?
    En cuanto a no poder enfocar de lejos, no tiene obligatoriamente que producir ojos vagos. Aunque podría favorecer la aparición de miopía.

    Responder
  11. Jon Martinez
    5 mayo, 2008

    De acuerdo, me he olvidado de ponerlo como pregunta.
    Me alegro que poco a poco esos niños puedan recuperar su visión sin secuelas significativas.
    Lo de la miopia lo imaginaba tambien.
    En cuanto al ojo vago lo decía porque no han podido desarrollar su campo visual con normalidad. Gracias por sus aclaraciones.

    Responder
  12. Ocularis
    6 mayo, 2008

    Con pocos datos no se puede saber exactamente qué trastornos visuales pueden tener esos niños, quedan muchos factores en el aire además de la ausencia de luz solar.
    Un saludo.

    Responder
  13. Encarni
    9 julio, 2008

    Enhorabuena por el articulo, aunque difiero algo sobre el comentario: «.. los vendedores van a intentar convencernos de que las mejores gafas de sol son las mas caras…» nunca he oido ese tipo de comentario… Sé que esta web la visitan muchos opticos-optometristas,ellos,podran certificarlo.
    ¿Todavía seguimos pensando que el papel del optico-optometrista es puramente comercial?
    Es triste que no se nos vea como profesinales de la visión, nosotros estamos para asesorar tecnicamente (incluso esteticamente) sobre radiaciones ,categorias,filtros solares…
    es cierto que hay una gran variedad de marcas y precios, el cliente decide,como siempre,nunca les convencemos de que lo mejor es lo mas caro.
    Hay que intentar que los demas nos vean complementados,nunca como rivales.
    Gracias por la atención.
    Tengo un OCT en la consulta, me encantaría que se publicaran artículos relacionados con este tema.Gracias de nuevo.

    Responder
  14. Ocularis
    9 julio, 2008

    Hola Encarni:
    Sobre el comentario en el que difieres, no está en el artículo, sino que es un comentario posterior mío en respuesta a otro. Es importante contextualizarlo, porque estoy respondiendo a un caso concreto que preguntaba una internauta.
    Naan me preguntaba:

    Entre otras cosas, explicaron con una simulación que es mejor no llevar gafas de sol y que el iris se haga estrecho a llevar unas gafas de sol malas, que sólo protejan de la luz visible, y que la pupila se dilate y deje pasar toda la luz ultravioleta.

    Y yo contesto:

    A ese tipo de manipulación de información me refiero. Existen gafas de sol de todos los precios, y lógicamente los vendedores van a intentar convencernos de que las caras son mejores que las baratas. Y para situaciones concretas (mucha exposición solar, nieve, alta montaña) es así. Pero en circunstancias habituales, no está tan claro. Ya en el reportaje que me enlazas dicen dan a entender que usar gafas de sol puede prevenir la aparición de cataratas, cosa que es totalmente falsa

    Así que estoy respondiento un dato concreto, en el que la información que están dando no es nada veraz.

    Pero más importante: yo hablo de vendedores, no de optometristas. Un optometrista competente, que se comporte como un buen profesional, es optometrista antes que vendedor. Su objetivo principal es preservar la salud visual, no vender. Las gafas de sol se venden en más sitios que en las ópticas. Y la mayoría de los optometristas no están actuando como «vendedores», y son prudentes cuando aconsejan sobre radiaciones, y no intentan convencer al cliente que unas gafas de sol le van a retrasar las cataratas o las lesiones retinianas. El asesoramiento con base científica se debe limitar a circunstancias concretas de exposición intensa a la luz solar, no al uso habitual, en el que no está demostrado con certeza un beneficio.
    Habrá algunos optometristas que rebasen la línea, y se conviertan en vendedores. Por suerte, son minoría. De la misma manera que hay malos oftalmólogos, y oculistas que nos querrán «vender» una cirugía que realmente no esté indicada.

    Para hablar de estos temas hay un foro privado para profesionales, en el que podemos seguir hablando de éste y otros temas, y compartirlo con otros oftalmólogos y optometristas. Y también podemos hablar de la OCT y otros asuntos más específicos.

    Responder
  15. […] Luego vienen errores de bulto que ya no tienen que ver con “vendernos esa lente maravillosa”. – “Las cataratas son la principal causa de ceguera en el mundo desarrollado”. No, es la principal causa en los países subdesarrollados (como explicábamos el otro día).- “Un estudio estadounidense de 2007 afirma que más de la mitad de las personas con 80 años sufrirán cataratas o se someterán a una cirugía con el propósito de eliminarlas”. Lógicamente, es falso. El 100% de los mayores de 80 tienen cataratas si todavía no se han operado. – “por lo que se recomienda que, a partir de los 65 años, se mantengan revisiones habituales al menos cada dos años, a fin de que las cataratas relacionadas con el envejecimiento puedan controlarse”. Absolutamente falso, eso es una forma de “crear demanda” para que personas sanas se tengan que revisar en el oftalmólogo. Se trata de meter miedo, sin más interés que el económico. Médicamente no me ofrece ninguna ventaja revisar a pacientes con 67 años por si tienen catarata. En la gran mayoría de los casos, la decisión de operar tiene relación directa con la pérdida visual. Se trata de pacientes adultos que notarán cuando van perdiendo vista. Y acudirán al oftalmólogo cuando lo necesiten, no han necesidad de revisar cada dos años a pacientes con buenas visiones.- “la prevención que, en buena parte, se puede llevar a cabo de forma individual: uso de gafas de sol adecuadas para evitar agresiones oculares, dejar de fumar, evitar las grasas animales y los excesos de lácteos, entre otras medidas”. Mentira. Como ya hemos explicado, no se ha demostrado ninguna medida eficaz para prevenir la catarata senil. […]

    Responder
  16. jomalova
    12 junio, 2009

    Hola a todos/as. Ocuaris…eh! tengo una duda y una pregunta que hacerte…a ya voy…eh, ¿conoces el nombre de una persona?, que en cierta emisora de radio, escuche que había sacado un (tipo de cristal) que no dejaba pasar unos determinados colores (verde o azul)que eran dañinos para nuestros ojos. Dijeron su nombre, pero no lo recuerdo. (es una mujer)
    Quisiera saber si, de verdad es, un hallazgo; o tan solo una pantomima más, para hacer negocio. Muchas gracias
    Saludos cordiales.jomalova

    Responder
  17. Ocularis
    12 junio, 2009

    El tema que preguntas es del que va este artículo. Creo que está respondida la pregunta, el texto contiene las argumentaciones para entender qué hay de cierto en esas afirmaciones.
    Un saludo.

    Responder
  18. […] El tema de la cuestión es claro: cómo la luz o la oscuridad puede dañar a nuestros ojos. La pregunta es corta y directa. La redacción de las diferentes respuestas no lo son tanto, y hay que leerlas cuidadosamente para poder encontrar la opción correcta. En cualquier caso, lo primero que tenemos que hacer es informarnos del tema. En la pregunta del mes pasado, que he calificado de “difícil”, la solución no estaba en el blog, había que buscar un poco fuera. En esta ocasión, no es necesario salir de la bitácora para encontrar datos que nos pongan por el buen camino. Utilizando un poco el buscador por palabras que está en el marco derecho, podemos encontrar artículos que hablen del tema, como éste. En esta entrada analizo cómo la radiación solar puede producir lesiones oculares en algunas circunstancias (menos de las que nos venden, por otra parte). Pero el caso es que la luz, por lo menos la solar, puede ser dañina. La opción “c” ya la podemos descartar. Por otra parte, en el artículo se resalta como más dañinas las radiaciones de alta energía (ultravioleta, etc), aunque tampoco dice que la los daños sean exclusivos de esta parte del espectro luminoso.El siguiente paso sería encontrar información de cómo la oscuridad o mala iluminación pueden hacer mella en nuestra salud ocular. Aquí juegan su importancia los mitos populares: lo de leer con poca luz o “forzar la vista” en condiciones de mala iluminación, y como se “estropean los ojos”. Sin embargo, si buscáis en el blog información sobre el tema, os resultará difícil encontrar algo. Y si navegáis por Internet, las cosas tampoco estarán claras. Hallaréis numerosas páginas con recomendaciones sobre utilizar iluminación adecuada, pero fracasaréis a la hora de encontrar un diagnóstico concreto asociado a una enfermedad ocular. Si uno lee con mala iluminación puede notar fatiga visual, disconfort, cansancio, etc. Pero enfermedad, lo que se dice enfermedad, no. Si habéis sido meticulosos en la búsqueda de información en este blog, hay un artículo que nos da la clave. Rescato un párrafo (las negritas las añado ahora): Por haber forzado mucho de cerca no se “gasta la vista”, ni por leer con mala iluminación. Lo que la gente llama “forzar la vista” puede producir fatiga visual, cansancio, etc. Y en algunas ocasiones un ojo seco leve o incluso trastornos transitorios del enfoque. Pero no se producen enfermedades orgánicas; son alteraciones transitorias que se solucionan descansando. […]

    Responder
  19. ANA
    29 octubre, 2009

    ¿Cómo de necesario es utilizar lentillas para hipermetropes que tengan protección para el sol? ¿Son más recomendables que sin esa protección, ya que esas lentes aumentan, o lo mejor quizas es utilizarlas en verano, en la nieve y en alta montaña? ¿O quizás este producto sea una técnica para crearnos una necesidad más?

    Responder
    1. Ocularis
      2 noviembre, 2009

      Creo que el tema del artículo ofrece la respuesta a tus preguntas. No puedo hacer recomendaciones más concretas que las que he puesto en el artículo.
      Un saludo.

      Responder
  20. ANA
    4 noviembre, 2009

    Gracias por responder. Simplemente tenía la duda con lentes de contacto, por ir más cerca del ojo.
    Muy bueno el blog. Felicidades.

    Responder
    1. Ocularis
      5 noviembre, 2009

      Inevitablemente el blog queda en generalidades, no puedo llegar a satisfacer todas las dudas.
      Espero que lo entiendas.
      Un saludo.

      Responder
  21. Josué
    15 abril, 2011

    ¿Y qué me dices del Queratocono?.

    Yo tengo queratocono y todos los ópticos y oftalmólogos por los que he pasado me han recomendado muy encarecidamente llevar protegerme siempre del sol. Así mismo la incidencia del queratocono es mayor en paises donde la radiación solar es más alta (léase Sudamérica). ¿No sufre la córnea si recibe mucha radiación ultravioleta y aumenta el riesgo de padecer queratocono?, ¿es más importante protegerse en edades tempranas?.

    Un saludo.

    Responder
    1. Ocularis
      15 abril, 2011

      No hay sustento científico para afirmar que es beneficioso proteger el queratocono de los rayos ultravioleta. La mayor incidencia de queratocono en Sudamérica se puede explicar fácilmente por otros motivos, por ejemplo genéticos. Si fuera verdad que la causa son los rayos ultravioleta, esperaríamos un incremento en la incidencia en países africanos con la misma latitud, y una «protección» frente al queratocono en paises que están próximos al polo. Y no se cumple.

      Por otra parte, el cross-linking, tratamiento en el que hay grandes esperanzas, no es más que la aplicación de rayos ultravioletas junto con un colorante que hace que la radiación afecte a la córnea y no la atraviese.

      Responder
  22. Dietesane, Diete Sane, Dimagrire, Dimagrire Velocemente, perdere peso…

    […]Ocularis » ¿Debemos protegernos del sol?[…]…

    Responder
  23. wallpapers
    6 octubre, 2011

    wallpaper…

    […]Ocularis » ¿Debemos protegernos del sol?[…]…

    Responder
  24. Optika
    15 septiembre, 2013

    Hola Ocularis
    Soy Optico-optometrista, y buscando información por internet sobre los daños que puede causar la luz azul, me he topado por casualidad con tu blog.
    Se que la entrada es bastante antigua, con lo que tengo vagas esperanzas de una respuesta, pero en cualquier caso quería comentarte la impresión que me queda después de leer tu artículo y alguno de los comentarios, concretamente estos párrafos:

    * Respuesta a Naah: «»Y si las gafas de sol “malas” no bloquean la radiación dañina (que todavía no está claro cuál es esa radiación), pues entrará más de esa radiación mala a través de una pupila dilatada. Es un razonamiento que suena bien, sí, ….. pero no está demostrado, así que eso es pura especulación»»

    * Conclusión:»»Y de forma habitual, no se está previniendo enfermedades si lleva gafas de sol.»»

    Tal como lo planteas me da la sensación de que incitas a que la gente compre gafas de sol en cualquier sitio (no digo que esa sea tu intención, sólo es una impresión mía), sin importar que lleven o no filtro UV ya que no esta demostrado que el filtro UV sirva realmente para algo, cosa que a mi me parece un tanto peligrosa, porque si bien no esta demostrado que la radiación UV produzca cataratas, DMAE o pteriguim, tampoco esta demostrado lo contrario, es decir, no esta demostrado que la radiación UV no tenga absolutamente nada que ver con estas enfermedades, ya que como bien dices, hay estudios a favor y en contra.
    Esta claro que ante factores importantes como la edad o herencia se puede hacer poca cosa, si usando gafas de sol con filtro UV puedes QUIZÁ ralentizar el avance, además de reducir las molestias ocasionadas por ese problema pues, ¿Por qué no???
    Pienso que hay que ser precavido con estas cosas porque cuesta mucho concienciar a la gente para que se protejan (ya sean sus ojos o su piel) de la radiación UV y tal vez dentro de unos años se demuestre que la radiación solar no tiene nada que ver en ninguna de las patologías mencionadas anteriormente, pero por si es al revés…
    Mas vale prevenir que curar.

    Y por último, ya que ha sido lo que me ha traído a este blog, una petición:
    Me gustaría saber tu opinión sobre los perjuicios de la radiación azul-violeta (¿DEMAE?) presente sobre todo en pantallas y luces led y las ventajas (o no) de un filtro para ellas.

    Gracias

    Responder
    1. Ocularis
      30 septiembre, 2013

      porque si bien no esta demostrado que la radiación UV produzca cataratas, DMAE o pteriguim, tampoco esta demostrado lo contrario, es decir, no esta demostrado que la radiación UV no tenga absolutamente nada que ver con estas enfermedades

      Entiendo que no es tu intención, pero ese argumento es claramente pseudocientífico. Porque la ciencia no demuestra que algo no tenga absolutamente nada que ver. Siguiendo este pseudorazonamiento al absurdo: no está demostrado que hablar con un volumen alto no produzca daños en la retina. De hecho, tenemos menos evidencias sobre este particular que sobre el daño de la luz en la retina. Por lo tanto, por si acaso, mejor hablar bajito, por el «quizá» que mencionas antes.

      Cuando los estudios «parecen» no dar nada por concluido, no se abre la veda para hacer lo que nos parezca. No es que haya estudios a favor y estudios en contra, así que «quién sabe». No. Existen estudios in vitro donde se somete a células de la retina a radiación alta, para ver qué ocurre. Eso está bien para investigar, pero eso no se parece ni de lejos a las condiciones reales. Por otra parte tenemos estudios in vivo, con ojos vivos y dosis habituales de exposición lumínica. Y estos no han demostrado daño alguno.

      Cogiendo el ejemplo de uno de los artículos del tema, es como intentar estudiar el efecto del agua caliente de la ducha en la piel, a lo largo de los años. Y para eso hacemos un estudio de qué pasa con la piel cuando la escaldamos. Estudiar el efecto crónico de un agente externo estudiando qué daño agudo produce una dosis mucho más alta es un punto de comienzo para investigar, pero está sumamente alejado de las situaciones reales.

      Teniendo en cuenta la de años que tenemos gafas de sol con filtros UV, lentes intraoculares con filtros UV, e incluso la variedad geográfica de la radiación ultravioleta en los distintos países, y en los estudios poblacionales in vivo no se ha demostrado una relación, pues hombre, hay que dar un valor a esto. Porque no es falta de evidencia, es evidencia de ausencia de efecto. ¿La ciencia ha demostrado que no existe ninguna relación?. Claro que no. Pero para que ésta exista, y pase desapercibida después de los estudios realizados (y créeme que hay un gran interés comercial por demostrarlo), tiene que ser tan sutil, tan difícil de encontrar, que la relevancia clínica es escasa. Por supuesto, para condiciones habituales de exposición.

      Pero en mi artículo no pretendo que la gente se compre gafas sin filtros UV. El artículo pretende, entre otras cosas, traer un poco de «realidad» a las campañas de miedo que se realizan para asustar a la gente sobre lo malos que son los UV para el ojo, y se usen las gafas de sol cuando no ha demostrado ser útil. Las gafas de sol están bien cuando a uno le molesta la luz y está más cómodo con ellas. Y en ese contexto es lógico que tengan filtro UV. Y también en situaciones de sobrecarga de exposición (nieve, alta montaña, etc).
      Hay un gran interés de la industria que produce este tipo de lentes, y hay implicados tanto optometristas como oftalmólogos, que tienen su beneficio. Es una pena pero es así.

      En cuanto a los prejuicios sobre la radiación azul-violenta y la DMAE, lo hablo en la serie sobre las lentes intraoculares amarillas (uno, dos y tres). En este post más reciente hablo de pasada sobre el tema, y de cómo no deberíamos los profesionales comportarnos a la hora de dar consejo basados en las evidencias científicas (y la falta de ellas). Sin embargo, no me resisto enlazar un artículo de otro blog, un post reciente precisamente sobre ese tema, la luz azul y los led, en relación con un «estudio científico» que pretende avalar la venta de un producto, todo con un tufillo de estafa que tira para atrás. Es este artículo, y recomiendo encarecidamente su lectura.

      Responder
  25. […] este otro nos centrábamos en el efecto del sol. Cuándo se hace necesario protegernos de la radiación […]

    Responder
  26. Pablo
    27 julio, 2014

    Me pregunto si sigue abierto este foro de discusión… por la fecha del último post o intervención publicada, me temo que no… Pues bien, hemos abierto una tienda de gafas vintage on-line recientemente y se presenta la duda de los estándares de fabricación de las lentes de sol de nuestras gafas (todas con más de 20 años) y de su homologación. He constatado usando linterna UV Transitions y lente fotocromática de 7ª generación, que casi todas las lentes minerales de los años 60, 70 y 80 dejan pasar los rayos UV ya que la lente fotocromática colocada debajo toma mucho color… esto nos ha generado la duda de la necesidad real o no de llevar gafas de sol con protección UV 4000 en condiciones normales de sol, paseando por la ciudad, en la playa, etc. Resulta que hemos montado lentes minerales de época (stock de principios de los 80) de tono muy claro A, y claro, la gente se extraña y no las percibe como gafas de sol propiamente dichas. Ahora bien, siendo estas lentes tan claras que dejan pasar la luz y además apenas llevan filtro solar y que deslumbra el sol y el ojo reacciona, ¿las podemos considerar perjudiciales al usarlas en condiciones normales, ni nieve, ni agua ni casos específicos? Me planteaba que quizás por ser minerales muy claras no se engaña al ojo y reacciona con normalidad y eso hace que éste se proteja con sus mecanismos naturales se entrecierren, etc. Aun así, supongo que las hemos de llamar lentes cosméticas (estéticas)… el gran problema es hacer ver a la gente que no es tan necesario eso de llevar gafas de sol a todas horas ne verano ya sea por un paseo marítimo, en una terracita, por la ciudad… Y me encantaría poder recibir enlaces (links) con base científica, artículos, abstracts que puedan dar luz, argumentar todo lo expuesto en esta página de debate. Mil gracias de antemano…

    Responder
    1. Ocularis
      23 agosto, 2014

      Es un tema complejo. Por una parte el uso «cotidiano» de las gafas de sol, fuera de condiciones intensas de iluminación (tomar el sol, playa, deportes de montaña, etc) no ha demostrado que sea una protección útil y necesaria. No hay evidencia para afirmar que la protección ultravioleta sea útil en condiciones normales de exposición, su uso cotidiano.
      De la misma manera el «efecto dañino» propuesto de las gafas con filtro para luz visible pero no ultravioleta (eso de que se dilata la pupila por el filtro visible hace que entre más UV) tampoco está sostenido por la evidencia.

      Pero, por otra parte, si uno quiere vender gafas de sol, se esperan cumplir unos estándares, que en nuestro medio pasa por los filtros ultravioleta. Cuando uno se compra unas gafas de sol, está comprando esos sistemas de protección visuales, al margen de que no sean necesarios para su uso «urbano», podríamos decir. Entiendo que lo adecuado sería vender estas gafas como gafas cosméticas o estéticas como comentas, avisando que no poseen los filtros UV de las gafas modernas, y no son adecuadas para exposiciones solares intensas. Aunque volvemos a lo mismo: no está demostrado que dar un paseo o estar en una terraza en verano sin gafas de sol suponga peligro alguno, por lo que utilizar gafas sin filtro tampoco implica riesgo.

      Un saludo.

      Responder
      1. Pablo
        9 septiembre, 2014

        Ante todo, infinitas gracias por brindarnos esta información. De momento, a nuestros clientes les informamos con claridad de lo que es una lente cosmética / estética (de look). Constatamos que el público de entrada si ve unas lentes con color muy claro, interpreta que no son de sol o que son de vista (graduadas / correctoras), independientemente de que realmente lleven filtro UV o sean puramente cosméticas. De ahí que también le cueste entender al público que unas lentes totalmente transparentes pueden llevar un filtro UV 400 (no así de la luz visible, pues serían de categoría cero = días nublados, atardecer..). También vemos que la gente no asocia que unas gafas con lentes con algo de color puedan ser meramente estéticas (cosméticas), pese a que durante décadas fue el rol que tuvieron buena parte de las gafas de sol que se comercializaban. La gente asume que las gafas son un accesorio o elemento de SALUD o garante de salud y prevención sin matizar que puedan serlo sólo en circunstancias específicas (montaña, nieve, deporte acuático, patologías oculares, sensibilidad especial, postoperatorios, ingesta de cierta medicacón o gotas oftálmicas…). Queda claro que ya puestos, lo ideal es que al adquirir unas gafas de sol, éstas sean «polivalentes» = look/diseño + potrección UV + protección de la luz visible. Del mismo modo, se constata que la adquisición de unas gafas de sol, tiene una alta carga de estética y de diseño y que con frecuencia, muchas personas las acaban usando en circunstancias de exposición normales, en casco urbano, poco rato, etc. ¿hemos de entender que tanto de noche, días nublados, poco sol no está demostrado que una lente mineral sin filtro UV pueda tener cualquier tipo de afecto adverso en el ojo? Yo personalmente uso gafas de sol por look, eso sí, siempre poca coloración para no engañar al ojo y que reaccione de manera natural entrecerrándose si éste nota cierto deslumbramiento, ¿puede ello implicar algún problema en mis ojos? ¿Una lente mineral (vidrio) de óptica de los 80, por ejemplo, genera reflejos o efectos semejantes que pueda hacer que afirmemos que mejor no llevar nada que una lente clarita marrón mineral sin filtro UV? Entiendo que es lo mismo que no llevar gafas como ha explicado. En cuanto al cromatismo, hay estudios que demuestren que el uso habitual de ciertos colores de lente (con o sin filtro UV) puedan causar alteraciones en el ojo, la vista o generar algún tipo de problema? Personalmente, el azul celeste claro y el azul turquesa claro me aportan una sensación de visión fría muy reconfortante, ¿puedo encontrar datos, estudios o fuentes similares con cierto rigor que hablen sobre colores en lentes de sol (amarillas, moradas, verdes, grises, marrones, negras, azules…)? Resulta muy complicado hacer que un cliente comprenda que unas gafas puedan llevar lentes cosméticas sin filtro y que en un uso de exposición no aguda ni crónica, puedan ser aptas, no presentar problemas.
        Por otro lado, ¿cuál sería la definición de lente/cristal oftálmico? ¿lo serían las gafas de 1,95€ de bazares que sí bloquean los UV? He comprado 15 gafas en sitios diversos y de bajo coste y he hecho la prueba con una linterna de rayos UV y poniendo debajo una lente fotocromática; mi gran sopresa fue que pese a su bajo coste, 14 de las 15 superaban al 100% el test, es decir, 14 bloquearon por completo los UV puesto que la lente fotocromática puesta debajo/detrás, no coloreó lo más mínimo. ¿Considera este test eficaz sabiendo que si no bloquearan nada estas lentes los UV la lente fotocromática adquiriría algo de color? Supongo que lo que no tendrán es garantía de que el material dure, no se deteriore, no se altere el tratamiento del filtro… Todo hace prever que cuando se fabrican en miles o cientos de miles o millones, las lentes salen muy baratas y se pueden vender a precios muy bajos. Por el contrario, se nos dice de «no comprar nunca unas gafas en un lugar que no sea una óptica», ello sería lógico para graduar, patologías o para tener un filtro garantizado al 100% ante todo en exposiciones agudas o crónicas. Creemos que si hacemos el test de linterna UV + lente fotocromática delante de un optometrista/óptico con unas de esas gafas de 2€, quedarían sorprendidos… ¿CONCLUSIÓN? Mil gracias de nuevo por aportar «LUZ» a la sociedad y por despertar el espíritu crítico.

        Responder
        1. Ocularis
          15 septiembre, 2014

          Gracias a tí por tus reflexiones.

          Responder
  27. Francisco Javier Martín
    9 julio, 2015

    «Y de forma habitual, no se está previniendo enfermedades si lleva gafas de sol.»

    ¿No es esta afirmación demasiado categórica y poco científica? Yo diría: «Y de forma habitual, no se ha demostrado que llevando gafas de sol se prevengan enfermedades.» Porque, ¿acaso hay estudios con muestras estadísticamente significativas de gente que haya usado gafas de sol desde la infancia hasta la vejez avanzada, para sacar conclusiones? La ausencia de prueba no es prueba de ausencia, y el hecho de que aún no se haya probado algo no significa necesariamente que ello sea falso. Me parece una falacia ad ignorantiam, fruto de la impaciencia y de la no aceptación de la ambigüedad ante la falta de datos concluyentes.

    Responder
    1. Ocularis
      14 julio, 2015

      Precisamente el argumento de tu comentario sería el arquetipo de falacia ad ignorantiam. Conviene no hacer una lectura superficial de esta falacia, porque ya que en ciencia nada se puede afirmar ni descartar de forma completa, cualquier postura se puede refugiar en este recurso para no permitir ser refutado. Lo que llevaría a un relativismo absoluto, que es precisamente lo contrario del método científico. Si por ejemplo nos leemos el artículo de la wikipedia con un poco de atención, se puede entender bastante bien:
      La carga de la prueba depende del que afirma algo; si uno quiere afirmar algo para lo que no hay pruebas, no puede justificarse diciendo que no hay pruebas de lo contrario. Es decir, sostener que un elemento (las gafas de sol) previene la aparición de una enfermedad ocular es la afirmación que se realiza sin pruebas. Como principio formal de cualquier discusión del método científico debemos tener en cuenta la navaja de Hitchens: «lo que puede ser afirmado sin pruebas, puede ser rechazado sin pruebas».
      El estado del conocimiento científico con respecto al tema es el que actualmente es: grandes dosis de radiación solar se relacionan con lesiones en córnea y mácula principalmente. Sin embargo, hay pocas pruebas científicas que relacionen la exposición crónica a enfermedades oculares. Y a esta posible relación (exposición crónica con alteraciones de la conjuntiva, principalmente), no hay ninguna prueba que apunte que se puede prevenir con gafas de sol.
      Así están las cosas ahora. Si ante esto se afirma que las gafas de sol previenen problemas oculares, está realizando esa afirmación sin pruebas. Y se puede rechazar sin pruebas. Y es lo que he hecho.

      Tampoco hay estudios que puedan rechazar de forma concluyente que el uso de calcetines de color gris protejan la salud ocular. O con cualquier elemento que se nos ocurra.

      Las gafas de sol llevan décadas entre nosotros, con un uso masivo en la población. No se ha registrado un cambio en la prevalencia de pterigium, cataratas o degeneración macular, enfermedades que se han querido relacionar con el sol y que son suficientemente frecuentes como para tener resultados medibles. No se han observado mejoría de estos problemas por el uso de gafas de sol, en grandes poblaciones a lo largo de muchos años. Tampoco se trata de una hipótesis de gran plausibilidad biológica, ya que hablamos de «proteger» al ojo de un elemento natural (la luz solar) que es precisamente consustancial al funcionamiento del ojo. Nuestro sistema visual ha evolucionado precisamente «modelado» y adaptado a la luz solar. Si algo ha hecho la civilización y los cambios en nuestro estilo de vida es disminuir nuestra exposición solar, no aumentar. Así que no tiene mucha plausibilidad biológica el suponer que nuestro ojo necesita esa protección para mantener la salud.

      Responder
  28. Francisco Javier Martín
    24 agosto, 2015

    El artículo de Wikipedia que me enlazas lo redacté yo, y lo entiendo perfectamente. ¿Puedes citar dónde he cometido yo la falacia ad ignorantiam? Rechazar sin pruebas supone siempre cometer una falacia ad ignorantiam. Una actitud escéptica implica reservarse el juicio hasta disponer de pruebas, y no aceptar ninguna afirmación basada en la autoridad o en la creencia. También conozco bien a Hitchens. La navaja de Hitchens tal y como la has enunciado sería una falacia ad ignorantiam. El verdadero enunciado es: «Lo que puede afirmarse sin pruebas puede desestimarse sin pruebas». Desestimar no es lo mismo que rechazar o refutar. Yo, como ateo, desestimo la existencia de Dios, pero como científico no tengo pruebas para refutarla o rechazarla.

    «Las gafas de sol llevan décadas entre nosotros, con un uso masivo en la población. No se ha registrado un cambio en la prevalencia de pterigium, cataratas o degeneración macular, enfermedades que se han querido relacionar con el sol y que son suficientemente frecuentes como para tener resultados medibles. No se han observado mejoría de estos problemas por el uso de gafas de sol, en grandes poblaciones a lo largo de muchos años.» No tienes en cuenta que las gafas de sol son un arma de doble filo, ya que mucha gente se las compra de mala calidad en cualquier lado, sin verdadera protección frente a la radiación ultravioleta, por lo que aumentan el tamaño de la pupila e incrementan el daño por la radiación. Y eso también hay que tenerlo en cuenta. Esa apreciación «a bulto» que haces no tiene rigor científico.

    «Tampoco se trata de una hipótesis de gran plausibilidad biológica, ya que hablamos de “proteger” al ojo de un elemento natural (la luz solar) que es precisamente consustancial al funcionamiento del ojo. Nuestro sistema visual ha evolucionado precisamente “modelado” y adaptado a la luz solar. Si algo ha hecho la civilización y los cambios en nuestro estilo de vida es disminuir nuestra exposición solar, no aumentar. Así que no tiene mucha plausibilidad biológica el suponer que nuestro ojo necesita esa protección para mantener la salud.» No tienes en cuenta que, durante millones de años y hasta hace poco más de un siglo, nuestros antepasados han tenido una esperanza media de vida de 30 ó 40 años, no mucho más.

    Responder
    1. Ocularis
      27 agosto, 2015

      Paso a desglosar el comentario.

      El artículo de Wikipedia que me enlazas lo redacté yo, y lo entiendo perfectamente. ¿Puedes citar dónde he cometido yo la falacia ad ignorantiam? Rechazar sin pruebas supone siempre cometer una falacia ad ignorantiam. Una actitud escéptica implica reservarse el juicio hasta disponer de pruebas, y no aceptar ninguna afirmación basada en la autoridad o en la creencia. También conozco bien a Hitchens. La navaja de Hitchens tal y como la has enunciado sería una falacia ad ignorantiam. El verdadero enunciado es: “Lo que puede afirmarse sin pruebas puede desestimarse sin pruebas”. Desestimar no es lo mismo que rechazar o refutar. Yo, como ateo, desestimo la existencia de Dios, pero como científico no tengo pruebas para refutarla o rechazarla.

      Puede que hayas copiado tú el artículo de la Wikipedia, pero da la sensación de que no lo has entendido. Rechazar sin pruebas no es una falacia ad ignorantiam, para nada. Lo que viene a decir es que, para la mayoría de los discursos racionales en general basados en hechos objetivables, y para el método científico en particular, cualquier afirmación o negación debe basarse en hechos, en observaciones. En el caso de la ciencia, mejor en hechos objetivables, medibles, reproducibles. Cualquier afirmación basada en una especulación puede rechazarse sin pruebas.

      Los hechos objetivos que tenemos con respecto al sol y la salud visual son los siguientes:
      – Desde hace décadas disponemos de medios para medir la función del ojo y para explorar el estado de salud y enfermedad de sus estructuras.
      – La vigilancia de la salud visual en los países desarrollados ha ido incrementándose, de manera que una proporción grande de la población mayor se ha revisado la visión (por ejemplo, todos los operados de cataratas reciben una revisión rutinaria del fondo de ojo, agudeza visual, etc).
      – Tras todos estos años, las enfermedades de la retina se han ido clasificando y categorizando, de manera que, para la mayor parte de ellas, conocemos sus causas y sus mecanismos. Para la otra parte de enfermedades menos conocidas, por lo menos hemos establecido el origen (genético, degenerativo, etc). Incluso en estas últimas, se ha estudiado su posible asociación con factores ambientales, entre ellos la luz.
      – Conocemos las lesiones retinianas por intensidades altas de radiación solar (la retinopatía/maculopatía solar). Para que esto ocurra deben darse circunstancias excepcionales que bloqueen los mecanismos de control naturales que nos protegen contra la exposición prolongada y directa de la mácula al sol.
      – No se conoce ninguna enfermedad en la retina causada por la exposición crónica a niveles normales de luz solar.
      – A pesar de que se ha intentado relacionar (más por interés económico que por indicios reales) alguna enfermedad conocida con la exposición al sol (concretamente, la degeneración macular asociada a la edad), los estudios realizados han fracasado al intentar encontrar relación.
      – Una relación entre exposición a la luz del sol y cualquier enfermedad es fácilmente falsable, gracias a la diferencia de intensidad solar por la geografía. Eso pasa por ejemplo con la prevalencia de melanoma, que (si comparamos la misma raza) aumenta en áreas de mayor sol (cuenca mediterránea, Australia) en comparación con las zonas de menos sol (norte de Europa). Sin embargo, la salud de la retina no se ve influenciada por el área geográfica (nuevamente, si eliminamos factores genéticos). Es decir, ni aparece ninguna «enfermedad nueva» en áreas de más sol, ni hay misteriosamente menos visión o más atrofia o envejecimiento de la retina, ni tampoco hay más prevalencia de degeneración macular asociada a la edad.

      No sigo con los argumentos de la implausibilidad biológica, para no extenderme. Con todo esto, tenemos pruebas de sobra para poder afirmar que no debemos preocuparnos por niveles normales de luz solar. Lo que no quiere decir que no debamos utilizar las gafas de sol en alta montaña, para esquiar, etc. Y usarlas por mera comodidad, si alguien está más cómodo con ellas. Pero no tiene sentido decir que el uso «doméstico» de gafas (por la calle, en circunstancias habituales) previene ninguna enfermedad.

      Afirmas que «Una actitud escéptica implica reservarse el juicio hasta disponer de pruebas». Las pruebas están ahí. Es evidente que no ha sido ahora que la gente se preocupa por la luz del sol, llevamos décadas de estudio sobre el tema. Las pruebas se acumulan. No hay muchas cosas en medicina que pueda haber acumulado tanta evidencia científica. Tu línea de pensamiento se puede refutar directamente con la analogía de la tetera de Russell. Para intentar justificar la existencia de una enfermedad nueva, desconocida hasta el momento (y ahora tenemos medios muy potentes para estudiar la retina y detectar sus anomalías), pero que todavía no se ha podido demostrar en ninguna observación o estudio, tenemos que empezar a argumentar que es una enfermedad demasiado «sutil», que no daña la estructura de la retina de manera apreciable (no solo en la exporación por oftalmoscopio, sino que es invisible al tomógrafo de coherencia óptica, que tiene una resolución de pocas micras), que apenas producen un deterioro visual (y por eso no se detecta en los modernos campímetros o test de sensibilidad al contraste). O bien que tiene una prevalencia muy baja, y por eso no se ha encontrado a pesar de que cada vez se revisa más la vista de la población. Vamos, igual que la tetera: que si es muy pequeña para que la vea un telescopio desde la Tierra, que está muy lejos para que podamos detectarla, etc.

      Por otra parte, haces una diferencia entre los verbos «rechazar» y «desestimar» curiosa. A niveles prácticos, me da igual cómo llamarlo. Ante un abrumador acúmulo de pruebas en contra de que el sol sea esencialmente peligroso para nuestros ojos, alguien afirma sin pruebas que sí, que el sol es malo y debemos protegernos con gafas de sol para intensidades normales. Eso se afirma sin pruebas, no merece que perdamos el tiempo sobre ello. Llámalo rechazar o desestimar, simplemente no hay razones para establecer un debate.

      “Las gafas de sol llevan décadas entre nosotros, con un uso masivo en la población. No se ha registrado un cambio en la prevalencia de pterigium, cataratas o degeneración macular, enfermedades que se han querido relacionar con el sol y que son suficientemente frecuentes como para tener resultados medibles. No se han observado mejoría de estos problemas por el uso de gafas de sol, en grandes poblaciones a lo largo de muchos años.” No tienes en cuenta que las gafas de sol son un arma de doble filo, ya que mucha gente se las compra de mala calidad en cualquier lado, sin verdadera protección frente a la radiación ultravioleta, por lo que aumentan el tamaño de la pupila e incrementan el daño por la radiación. Y eso también hay que tenerlo en cuenta. Esa apreciación “a bulto” que haces no tiene rigor científico.

      Te equivocas por varias razones:
      – «Mucha gente se las compra de mala calidad»: por mucha gente afirmes que se compra gafas sin protección UV (eso de «mucha gente» hay que demostrarlo, ¿alguna estadística que puedas aportar?), la mayoría del mercado mundial de gafas, en especial en países desarrollados que es donde principalmente se hacen los estudios médicos, son gafas con filtro UV. Por lo tanto, en global para la población, el uso de gafas de sol limita la exposición de UV a la población, incluso aunque una parte (no mayoritaria, obviamente) no lleve la protección. Incluso asumiendo que esa minoría no esté protegida de los UV, la mayoría sí, y por tanto debería haberse objetivado el «factor protector». Y no lo ha hecho.
      – «Se incrementa el daño por la radiación»: ¿Qué daño?. Volvemos a lo de antes, no se ha demostrado daño UV en ojos vivos y con función normal, para niveles normales. Podría aumentar la exposición a luz ultravioleta, que no es lo mismo, e incluso eso hay que demostrarlo. Puede que el incremento del tamaño de la pupila sea poco relevante y que el aumento de ultravioleta sea insignificante. Pondré un ejemplo fácil: el sujeto A se da un paseo de media hora un día soleado de verano, con unas gafas de sol que no filtran los UV. El sujeto B da un paseo el mismo día, pero de una hora de duración y sin gafas de sol. ¿Cuál va a recibir más dosis de ultravioleta?. Probablemente el sujeto B, porque ha estado más tiempo en el sol. Aunque durante media hora el sujeto A tenga la pupila un poco más grande, no va a compensar el mayor tiempo de exposición del sujeto B. Si no nos convencemos, llevemos la metáfora al extremo: el sujeto A pasea 5 minutos al sol un día a la semana, y el sujeto B pasea 6 horas todos los días de la semana. Es evidente que el tiempo de exposición (lo callejeros o caseros que seamos) es mucho más relevante que lo que haga unas gafas de sol de mala calidad. Y de todas formas, el no usar gafas de sol y estar mucho en la calle no es factor de problemas visuales. Por lo tanto, los argumentos de las gafas de sol de mala calidad y la especulación del tamaño pupilar es justificar la existencia de una enfermedad de la que no tenemos pruebas. No se trata de comparar el UV que entra con unas gafas de buena calidad frente a otras de mala calidad, sino comparar lo que pasa en el ojo con gafas de sol de mala calidad y poca exposición solar (por la calle), frente a no llevar gafas de sol. Y no llevar gafas de sol y pasear mucho por la calle no produce ninguna enfermedad conocida.

      Y es que seguir esa línea de pensamientos es trabajar con «fantasmas». No hay enfermedad ninguna, y si fuera cierto que el sol es tan dañino, debería haberla porque estamos hablando de dosis normales de sol, a lo que se expone la práctica totalidad de la humanidad a diario. Da igual lo bien que nos suene la especulación de un posible daño al ojo, no hay datos empíricos de enfermedad. Seguir dando vueltas a una enfermedad que «está ahí» pero que misteriosamente no hemos podido detectar es lo mismo que defender que hay una tetera orbitando entre la Tierra y Marte.

      “Tampoco se trata de una hipótesis de gran plausibilidad biológica, ya que hablamos de “proteger” al ojo de un elemento natural (la luz solar) que es precisamente consustancial al funcionamiento del ojo. Nuestro sistema visual ha evolucionado precisamente “modelado” y adaptado a la luz solar. Si algo ha hecho la civilización y los cambios en nuestro estilo de vida es disminuir nuestra exposición solar, no aumentar. Así que no tiene mucha plausibilidad biológica el suponer que nuestro ojo necesita esa protección para mantener la salud.” No tienes en cuenta que, durante millones de años y hasta hace poco más de un siglo, nuestros antepasados han tenido una esperanza media de vida de 30 ó 40 años, no mucho más.

      Durante los primeros 30-40 años es cuando la exposición al ultravioleta y a la luz azul es más intensa. A partir de entonces, el cristalino va bloqueando de forma creciente y paulatina los rayos más energéticos. Tal como funciona la pérdida de células y daño tisular en la retina y otros tejidos por otras causas, una radiación que fuera dañina para nuestra retina iría destruyendo células paulatinamente, y esa muerte celular no se puede distanciar mucho tiempo desde el daño. Es decir, la radiación ultravioleta no puede «herir de muerte» a un fotorreceptor y este desaparecer finalmente 10 años más tarde. Si algo (luz solar, falta de oxígeno, etc), altera el metabolismo celular lo suficiente, esa célula muere al poco tiempo. Y si no muere, se recupera: sus moléculas se regeneran a gran velocidad. Sabiendo cómo funciona la muerte celular, las enfermedades degenerativas, la apoptosis, las alteraciones estructurales del tejido, etc, no tiene mucho sentido suponer que recibimos unas dosis dañinas de de forma natural durante los primeros 10-15 años de vida, y luego esas células se mueren a los 50-60 años. Si realmente la luz del sol daña nuestra retina, nos debe deteriorar por fuerza durante los años previos y durante la etapa reproductiva, por lo que se han ido seleccionando los ojos que mejor se protegen del daño solar. Y no en nuestra especie, porque el ojo en cámara no es para nada característico del Homo o de los primates. Es el ojo de los vertebrados, y son muchos millones de años de selección natural por detrás.

      Para suponer un daño que forzosamente tiene que comenzar a afectarnos durante los primeros años, pero no manifestarse hasta después de 4 ó 5 décadas, nuevamente tenemos que inventar una forma totalmente inversa y contraria a cómo funciona la degeneración celular. Hay que inventarse unos mecanismos totalmente nuevos, que van en contra con lo aprendido, para hacer una hipótesis coherente. Nuevamente, la tetera de Russell.

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  29. Francisco Javier Martín
    24 agosto, 2015

    Una pregunta que yo me hago es: si las gafas del sol se supone que filtran el 100% de la radiación ultravioleta, y la atmósfera de la Tierra filtra el resto de radiaciones de alta energía (las radiaciones ionizantes como los rayos X), ¿por qué es tan peligroso mirar directamente al sol u observar un eclipse de sol incluso con gafas de sol homologadas? Debe de ser por la enorme intensidad de la luz visible concentrada por la córnea y por el cristalino sobre la mácula, ¿verdad?

    Responder
    1. Ocularis
      27 agosto, 2015

      Simplificando un poco: sí. La luz visible, incluso parcialmente filtrada con unas gafas de sol habituales, pueden producir daño directo en la mácula con una exposición prolongada.

      Hay que entender que no es que los rayos UV sean los «malos» y la luz visible sea «buena». No hay diferencia cualitativa entre unos y otros, todo el espectro electromagnético es un continuo. La luz ultravioleta de baja energía está «justo al lado» en el espectro que la luz violeta, transmiten prácticamente la misma energía.

      Responder
  30. Pilar
    28 julio, 2016

    Buenas tardes,

    ¿ Podría referenciar los artículos que hace mención en su articulo sobre la ineficacia de las gafas de sol frente a las patologías nombradas ?

    Responder
    1. Ocularis
      17 diciembre, 2016

      En este artículo aporto abundante bibliografía sobre la posible toxicidad de la luz en la retina. Hace referencia en concreto a la degeneración macular asociada a la edad.

      Responder
  31. Borja
    15 abril, 2019

    https://www.cnoo.es/guia-practica-de-gafas/elegir-mis-gafas-de-sol

    Aquí los optometristas hablan un poco de esas radiaciones..

    Responder
    1. Ocularis
      18 abril, 2019

      Pues la verdad que el texto de la página deja mucho que desear. Está plagado de mentiras. No es cierto que el uso de gafas de sol de «mala calidad» produzca esos problemas. Tampoco es cierto que se vendan tantas gafas de sol que no pasen los controles. Si una gafa de sol se vende legalmente en España, tiene que superar los estrictos controles de calidad de la unión europea. Y eso incluye tiendas más «low-cost» que las ópticas, plataformas de internet con venta establecida en el país (ópticas on line, Amazon, etc).

      Comprar unas gafas de sol que te protejan bien no significa tener que gastarse mucho dinero. Este artículo te intenta meter miedo. El mensaje es claro: «si no son caras, es peligroso para el ojo». Y así justifica el sobreprecio que ponen en muchas ópticas a las gafas de sol. ¿Que te quieres gastar mucho dinero en unas gafas de marca?. Estupendo. Pero no pienses que por comprar unas más baratas, o de imitación, es peor para la salud visual.

      Es muy triste cómo queda el Colegio Nacional de Ópticos Optometristas con artículos como éste. Se queda retratado, cómo engaña y manipula la verdad. Supongo que no serán pocos los optometristas que su sentido de la honestidad les hará rechazar este contenido, y no se verán representados con estrategias como ésta.

      En todos los sitios cuecen habas y, por ejemplo, la Sociedad Española de Oftalmología tampoco es siempre un modelo de ejemplo a seguir. Yo tampoco me veo representado en muchas de sus estrategias. A ver si los profesionales honestos conseguimos que nuestras instituciones mejoren su comportamiento ético.

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