Desde el penúltimo artículo hasta el del sábado pasado transcurrieron 19 días, y aunque mi ritmo de publicación es bastante bajo, es una pausa grande incluso para mí. Pensaba haber publicado antes el artículo sobre la miopía, pero tras escribir el previo mi prioridad era el cambio de alojamiento web (como ya comenté). Tras las vacaciones, aumentan los ya conocidos problemas a la hora de escribir comentarios, y es algo que sinceramente me fastidia mucho. Así que me he puesto manos a la obra para migrar cuanto antes. El nuevo alojamiento está contratado, montado y operativo, pero no he realizado la migración del DNS (es decir, la dirección ocularis.es todavía apunta al servidor viejo) porque hay un problema en la codificación de caracteres que no he podido solucionar todavía. Los acentos y las eñes se ven mal.
Me da rabia no haberlo podido solucionar a comienzos de septiembre como estaba previsto, ya que esta semana estoy fuera de España y la que viene voy al congreso nacional de oftalmología. Quería haber estrenado el nuevo hosting con el artículo de la miopía, y estaba retrasando la publicación por ese motivo, pero como no voy a poder resolver el problema hasta la vuelta, supone una pausa de publicación de un mes o más. Es demasiado.
Bueno, y como habréis podido suponer, esta entrada está programada. Hasta mi regreso no podré aprobar ni contestar comentarios, así que os pido paciencia. Ahora que hemos vuelto a las estadísticas habituales (media de visitas únicas por encima de mil diarias, entre 5 y 10 comentarios cada día), quiero llevarlo al día para que todo vaya fluido. Mientras tanto, y volviendo al tema de la frecuencia de publicación de los blogs, quiero enlazaros este interesante artículo. Habla (desde un punto de vista más biologicista que tecnológico) de los diferentes estilos que tienen las bitácoras, según buscan periodicidad de publicación, actualidad y repercusión, o los que buscan calidad, valor propio de los artículos y gran vida útil de entradas antiguas.