Este es el último artículo monográfico sobre problemas de graduación. Sobre la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo estuve hablando en un artículo antiguo. Posteriormente en otra entrada hablé de la vista cansada, de un concepto llamado acomodación, y de cómo esa acomodación afectaba a los diferentes defectos de refracción, principalmente la hipermetropía. Por lo tanto, la hipermetropía ya está explicada en esos dos artículos, y hoy principalmente repetiré conceptos. Como la miopía y el astigmatismo han tenido cada uno su artículo monográfico, la hipermetropía no va a ser menos. Si la miopía tiene sus particularidades por las lesiones en la retina, y el astigmatismo posee su propia complejidad como defecto óptico, la hipermetropía tiene sus características propias.
Concepto
Al describir los tres defectos principales de refracción en ese primer artículo, los explicábamos bastante relacionados entre sí, en especial la miopía y la hipermetropía. Consisten en una desproporción del ojo. El globo ocular tiene un sistema de lentes que tienen que enfocar la imagen en la retina. Eso implica que los rayos de luz que salen de un punto y llegan al ojo, deben concentrarse en un solo punto de la retina. Las lentes hacen eso: los rayos de luz (que llegan casi paralelos cuando el objeto está lejos, y divergentes cuando esá cerca) pasan por las lentes del ojo y se hacen convergentes hasta coincidir . Para ello, la distancia hasta la retina y la potencia de la lente tienen que estar muy proporcionadas. Cuanta más potencia tienen las lentes del ojo, los rayos convergen más cerca, con lo que la retina deberá estar más cerca. Y al revés, si las lentes tienen poca potencia, la retina deberá estar más lejos para que la imagen esté enfocada. Lo podemos también considerar desde el otro punto de vista: si la retina está más cerca necesitará más potencia de lentes, y si está más lejos, menos potencia.
La miopía la definimos como una longitud de ojo demasiado grande para la potencia de la lente. Nos «sobra ojo» o nos «sobra potencia».
Pues la hipermetropía es al revés: un «ojo corto» y/o una potencia de lentes escasa. Como son defectos contrarios, un ojo no puede tener simultáneamente miopía e hipermetropía.
El ojo hipermétrope
Si bien el ojo miope, en especial el de muchas dioptrías, presenta características fácilmente identificables a simple vista, el hipermétrope no. No es un «ojo pequeño», es un «ojo corto», con la córnea más plana, pero eso no es fácil de ver sin aparatos especiales. Es más fácil identificar al hipermétrope por sus gafas. Los cristales son similares a una lupa, y amplían el aspecto de los ojos del hipermétropes, que se verán más grandes.
El defecto oculto
Quizás el defecto de graduación más famoso es la miopía, y también es bien conocido el astigmatismo. Parece que la hipermetropía pasa más desapercibida. Y sin embargo, es posiblemente el defecto más frecuente. ¿Cómo puede ser eso?.
Porque la mayoría de los hipermétropes van sin gafas, e incluso desconocen que tienen un defecto óptico. Durante las primeras décadas de la vida hacen pueden no tener síntomas, viendo bien y sin necesidad de corrección. Al llegar la edad de la vista cansada se manifiesta la hipermetropía, pero muchas veces el paciente se queda sin saber que la hipermetropía la tiene desde siempre, y que las gafas le están corrigiendo ambos defectos (vista cansada e hipermetropía).
¿Y cómo es posible que muchos hipermétropes vean bien sin gafas?. Un miope, tenga mucha o poca graduación, va a ver mal de lejos. Bien es cierto que muchos miopes leves van sin gafas y se manejan bien, pero no ven el 100%. Con matices, a un astígmata le pasará lo mismo (por lo menos a partir de cierta graduación). Eso es así porque el ojo no se puede defender bien de estos defectos, no tiene forma eficaz de compensarlo (bueno, algunos astigmatismos pequeños sí, pero de momento lo ignoraremos).
Pero con la hipermetropía es diferente. Decíamos que es un ojo que necesita más potencia en sus lentes. Y posee un sistema que le permite aumentar la potencia: es la acomodación. En un artículo antiguo explicábamos en qué consiste; consiste en la acción de un músculo que se activa cuando enfocamos un objeto cercano. En estas circunstancias, los rayos llegan más divergentes, así que necesitamos más poder para converger los rayos en la retina. De esa forma, la acomodación está relajada al mirar de lejos y trabaja al mirar de cerca. Un ojo hipermétrope de forma natural no enfoca bien un objeto lejano, pero activando la acomodación sí. De cerca, además del esfuerzo normal, la acomodación tiene que compensar la hipermetropía.
De esta forma tenemos que para hipermetropías leves y muchas de las moderadas, el paciente ve bien. La acomodación se activa de forma involuntaria y automática, lo habitual es que el paciente ni se entere. Con el paso de los años, vamos perdiendo poder de acomodación, y llega un momento que dejamos de ver nítido. Primero lo notaremos de cerca, que es donde más debemos esforzarnos. Puede confundirse con la vista cansada, que da síntomas parecidos, el tipo de gafas es similar y pueden aparecer a la misma edad. Pero el que sólo tiene vista cansada siempre verá bien de lejos, y con las gafas de cerca verá mal de lejos. En el hipermétrope no; aunque agradece más las gafas en mirada cercana, puede llegar a acostumbrarse a llevar las gafas a todas las distancias.
Si las hipermetropías son ya de cierta graduación, pueden aparecer síntomas. El esfuerzo continuado, en especial si se abusa de la visión cercana, produce cansancio de los ojos, dolor de cabeza, visión borrosa transitoria, etc. Sería una de las causas de fatiga visual (no la única, como explicábamos en otro artículo).
Puede darse el caso de que el paciente vea perfectamente y la función de las gafas que le mandemos sea eliminar las molestias visuales. Como vamos viendo, es algo más complejo que otros defectos de gafas, en los que simplemente vemos mal y nos ponemos gafas para ver mejor.
Averiguando la graduación real
Si el paciente tiene poca hipermetropía, el propio ojo la compensa mediante la acomodación, así que se nos pasa desapercibido. a veces ni siquiera sale en nuestros aparatos de diagnóstico, no podemos saber que tiene ese defecto. Si por lo que sea (muchas dioptrías, fatiga ocular, edad más avanzada) el ojo ya no la compensa del todo, podemos sospecharlo, por los síntomas del paciente y porque en los aparatos de graduación comienza a salir la hipermetropía. Pero normalmente no sale toda.
El ojo hipermétrope lleva años y años compensando el mismo parte o toda la graduación. El músculo está acostumbrado a trabajar todo el día, y no se relaja fácilmente. Así, si yo pongo la graduación completa en un ojo, el músculo no se va a relajar, y seguirá trabajando como si tuviera que seguir corrigiendo él las dioptrías. Por tanto, el paciente verá mal con las gafas, aunque sea su graduación real.
Entonces, si el músculo no se relaja y no permite que lo graduemos, ¿cómo sabemos cuantas dioptrías hay de hipermetropía?. Pues con elementos más sofisticados. Concretamente, paralizando transitoriamente el músculo mediante colirios que dilatan la pupila.
Eso por tanto es tarea del oftalmólogo, que sí podrá averiguar exactamente cuánta hipermetropía tiene el paciente. ¿Eso significa que
todo hipermétrope tiene que ser graduado por el oftalmólogo?. Ni mucho menos. En los casos en los que interese conocer exactamente las dioptrías sí, pero en la mayoría de los pacientes no necesitamos saberlo. Tendremos que ir corrigiendo lo que el paciente pide en cada momento. Si uno ve bien de lejos y cerca, y no tiene molestias visuales, ¿para qué ponerle gafas?. Conforme el músculo vaya siendo incapaz de compensar la graduación, iremos subiéndole las gafas.
Esto da lugar al concepto erróneo de que la hipermetropía va subiendo con la edad. Todo lo contrario, de hacer algo lo que hace es bajar. Pero se va haciendo manifiesta con los años, va apareciendo lo que antes estaba oculto.
Adaptación a las gafas
Así, poner gafas a un hipermétrope es todo un arte. Muchas veces no puedes poner toda la graduación (aparte de que normalmente no la sabemos si no hemos dilatado al paciente), el ojo no lo aceptará. Y en ocasiones el criterio de la visión no es suficiente para saber si las gafas son correctas. El sujeto puede ver bien con las gafas y seguir teniendo dolores de cabeza porque necesita más dioptrías.
Todo esto cambia radicalmente cuando se trata de un niño. El músculo de un niño es muy potente y puede corregir hipermetropías que no podrá solucionar unos años después. Y también la adaptación a las gafas es más fácil, el músculo se puede acostumbrar a relajarse mucho más fácilmente que un adulto. Pero de la graduación en niños no vamos a hablar hoy.
Por otra parte, hay mucha variabilidad individual, y cada acomodación funciona diferente. Hay personas con tres dioptrías de hipermetropía, con treinta años y que están perfectamente, y niños con una dioptría que les duele la cabeza. El profesional de la visión tiene que hacer uso de su experiencia clínica para reunir todos los datos y mandar la prescripción adecuada. En ocasiones, es todo un arte.
Hipermetropía y estrabismo
En el estrabismo infantil, concretamente el convergente (en el que se «bizquea» hacia adentro), la desviación ocular suele estar relacionada, en mayor o menor medida, con la hipermetropía. A veces la relación es tan cercana que simplemente con unas buenas gafas, el niño deja de torcer el ojo.
Otras veces el efecto no es tan grande, pero las gafas siguen controlando, por lo menos en parte, la desviación. En estos casos las reglas cambian: no ponemos las gafas sólo para que el niño vea o no tenga síntomas: las gafas están tratando un estrabismo.
Aquí sí que es obligatorio el manejo por parte del oftalmólogo. No sólo porque el estrabismo ya es una enfermedad ocular y por tanto es competencia del médico; aquí tendremos que dilatar al niño para conocer exactamente qué hipermetropía tiene.
Esta relación entre estrabismo e hipermetropía no sólo es válido para niños. Muchos adultos con estrabismo saben que las gafas les controla parte de la desviación ocular. Y que si fuerzan mucho los ojos de cerca (abusan de la acomodación), les empeora el estrabismo.
Y seguiríamos ….
Podríamos seguir hablando de la hipermetropía: su relación con el glaucoma de ángulo estrecho, cómo todos debemos nacer hipermétropes (y si no es así, malo), etc. De hecho, lo que hablaba antes de la acomodación, y de cómo ésta puede compensar parcial o totalmente la hipermetropía, hace que ésta se divida en diferentes componentes: manifiesta, latente, oculta, facultativa. Pero explicar cada término igual supone complicar la explicación.
12 julio, 2008
La hipermetropía…
Artículo monográfico sobre la hipermetropía en el que nos explican como es el ojo hipermétrope y su relación con el estrabismo….
15 julio, 2008
Un 10 para el caballero. Otro artículo muy bien currado, ¡sí señor!
15 julio, 2008
Gracias por tu valoración, Henrik 😀
31 julio, 2008
Me ha parecido curioso eso de que todos nacemos hipermetropes. Si tienes tiempo y ganas, un día podrías explicar un poco más.
Enhorabuena por el blog.
31 julio, 2008
Lo añado a la lista de artículos pendientes
Saludos.
15 septiembre, 2008
Gracias por compartir esta informacion de tanta utilidad
Muy interesante
Saludos
GB
15 septiembre, 2008
Es un placer compartir conocimientos
19 septiembre, 2008
Hola, tengo un hijo de 8 años, y lleva con gafas desde los 3, por hipermetreopia, me ha gustado mucho la explicación. Es exactamente lo que mi doctora me ha explicado pero le he entendido mucho mejor.
21 septiembre, 2008
Me alegro que te haya servido de ayuda el artículo.
Un saludo.
30 septiembre, 2008
Hola, Ocularis! Antes que nada, tu artículo sobre la hipermetropía me parece francamente bueno, se dicen cosas que no son se leen en otros sitios. Comprendo que no hayas podido abarcarlo todo, pues es un tema muy largo y complejo. Sólo te quería hacer una pregunta a tenor de otros artículos que he leído al respecto: ¿es cierto que existe una hipermetropía fisiológica en el ser humano? No me refiero a la de un niño normal, si no a la de un joven adulto sano que tendría media dioptría de hipermetropía, ¿es así?, ¿qué función tendría? En todo caso, esa posible media dioptría se trataría de hipermetropía latente o manifiesta. Gracias.
2 octubre, 2008
Hola Luigi:
Durante los primeros años de vida la hipermetropía (dentro de ciertos márgenes y simetría) se considera fisiológica. En el adulto, tal como entendemos el ojo humano, como modelo teórico, no. Es decir, totalmente relajado para visión lejana y acomodando de cerca. Lo que pasa es que ante hipermetropías leves que no dan síntomas, nos planteamos cuestiones más «filosóficas». Si un paciente tiene una peculiaridad que no le produce ningún síntoma, ni compromete su salud a largo plazo, ¿podemos llamarlo enfermedad?. Partimos de la base que los errores refractivos muchas veces no se consideran enfermedades.
Por otra parte, aunque no es lo frecuente, algunas veces las hipermetropías pequeñas dan algún síntoma, algo de fatiga visual en esfuerzos muy continuados, o se adelanta un poco la presbicia. Así, una hipermetropía, aunque sólo sea de media dioptría, puede predisponer en el futuro a algo de esto.
En cuanto a función, las anomalías de visión no tienen función alguna. De la misma manera que el funcionamiento del ojo y del cuerpo no «trabaja para una función». Trabajan así en base a sus cualidades anatómicas, bioquímicas, etc, y nosotros como individuos aprovechamos las ventajas que nos aporta cuando un sistema funciona de esa forma.
En cuanto a hipermetropías pequeñas, suelen ser latentes durante las primeras décadas de la vida. Pero hay muchas excepciones, y te encuentras a niños con poca graduación que tienen fatiga visual.
Un saludo.
19 noviembre, 2008
Hola, enhorabuena por el blog, me parece que está bastante bien explicado todo y aclara muchas cosas a personas que no sabemos nada sobre el tema y lo «padecemos».
Una pregunta sobre la respuesta que le has dado a Luigi. Dices que los erreres refractivos muchas veces no se consideran enfermedades. Tenía entendido que eso era sí. Cuando son enfermedades entonces??
Gracias.
21 noviembre, 2008
Es seguro que un error refractivo es parte o causa de una enfermedad cuando:
– Es un factor causante de un estrabismo
– Produce ojo vago
– Está asociado a degeneraciones retinianas o glaucoma.
– Hay un problema orgánico causante del defecto refractivo (como un queratocono)
– Hasta cierto punto, si da síntomas visuales (ojos rojos, fatiga, etc)
Fuera de estas circunstancias, el apelativo de «enfermedad» es más relativo. De todas formas, «sano» y «enfermo» no dejan de ser meros términos que utilizamos para entendernos, en la naturaleza no existen divisiones claras.
22 febrero, 2009
[…] En esta ocasión comenzamos con una palabra técnica. “Emetropización” es el proceso por el que ojo se vuelve emétrope. Como dijimos en este artículo antiguo, en el que explicábamos los defectos de graduación, la emetropía es la condición del ojo “normal”, el que no necesita gafas. Cuando el ojo no es capaz de enfocar bien la imagen hablamos de ametropía, y entonces tenemos los defectos de graduación (miopía, hipermetropía, astigmatismo y vista cansada). El paciente amétrope precisa algún tipo de corrección: gafas, lentillas o cirugía refractiva. Lo contrario de ametropía es emetropía, un ojo que enfoca correctamente la imagen. Eso significa que el sistema óptico del ojo emétrope tiene un sistema de lentes sin irregularidades (es capaz de concentrar los rayos en un solo punto, por lo que no hay astigmatismo), y además proporcionado al tamaño del ojo (ese punto del que hablábamos no está delante de la retina como en la miopía, o detrás de la retina como en la hipermetropía, sino justo en la retina). Ahora bien, ¿cómo es posible que el ojo pueda ser un sistema óptico tan perfecto?. […]
18 junio, 2009
[…] Sobre los defectos de graduación ya hemos hablado en numerosas ocasiones: en este artículo de forma general, aquí de la vista cansada, aquí de la miopía, aquí de la hipermetropía, aquí del astigmatismo. Hoy nos toca hablar de cómo podemos averiguar qué defectos de refracción tiene un ojo, y su cuantía. […]
5 febrero, 2010
Hola Dr. Gracias por compartir tan amenamente la información; soy […]
Bueno muchas gracias por los articulos.
2 mayo, 2010
muy interesante el articulo, pero me gustaria saber sobre el tratamiento quirurgico, haber si uno d estos dias tocas ese punto, y tambien sobre la hipermetropia axial.
3 mayo, 2010
Sobre cirugía refractiva hay varios artículos, puedes encontrarlos utilizando el buscador.
17 junio, 2010
Interesantisimo el articulo, mucha informacion y bien explicada. Un diez para Ocularis. Aunque tengo una pregunta. Me han puesto gafas por hipermetropia hace unos dias, tengo 0,50 en cada ojo, es poco, lo se. Notaba cansancio cuando llevaba mucho rato con el ordenador. Pero no veo bien con ellas, de cerca parece que veo mas nitido,en el centro de las gafas, por los laterales veo como si se movieran las cosas. Pero cuando miro lejos, se me deforman las cosas, como si se movieran, algo raro. No se si debe ser asi y me tengo que acostumbar?, o solo me las pongo para el ordenador, tele, leer? Es la primera vez que llevo gafas y no se como tendria que ver. Gracias
6 noviembre, 2016
Excelente artículo, mejor explicación no se podía dar. Muchas felicidades y muchas gracias!
22 septiembre, 2019
[…] no significa que no veamos de cerca, es un poco más complicado. Sobre la hipermetropía tenemos un artículo y un podcast. A la miopía hemos dedicado muchos artículos, incluido el de hoy. Si quieres […]
28 abril, 2020
[…] que vamos a tener en nuestra vida diaria. Todos los defectos de refracción (miopía, astigmatismo, hipermetropía, vista cansada), las cataratas, la mayoría de las enfermedades de retina (edema macular de […]